DEPORTES
Después de casi 9 años de haber corrido su primera maratón, el atleta huilense Edgar Luna, logró el sueño de correr la maratón de Tokio, que había sido pospuesta debido al Covid-19. Recorrió Estados Unidos, Inglaterra, Alemania y Tokio, para culminar el circuito de las seis carreras de atletismo más importantes a nivel mundial.
Corrió su primera maratón en 2014 en Chicago, Estados Unidos, y luego 3 años de haber pospuesto el maratón de Tokio por el COVID, el pasado 5 de marzo de 2023, el huilense Edgar Luna logró conseguir un sueño que se propuso años atrás, de terminar el circuito de las 6 carreras de atletismo más importante a nivel mundial (Chicago, Nueva York, Boston, Londres, Berlín y Tokio).
“Ha sido un recorrido inolvidable donde he tenido la oportunidad de compartir en familia y amigos esta aventura que me ha traído muchísimos aprendizajes como ser humano”, afirma el deportista, asimismo, manifiesta que recorrer las calles de estas hermosas ciudades le ha permitido conocerlas desde otra perspectiva siendo un viaje que sin lugar a dudas recomienda sin pensarlo a quien quiera o piense recorrer este hermoso camino.
“Todo empezó en el 2014 cuando corrí el maratón de Chicago el cual disfruté de principio a fin con una sonrisa de oreja a oreja en un clima perfecto y en una ciudad hermosa, sin el miedo o temor a quedarme en la mitad del camino por ser la primera vez que lo intentaba. Tal fue mi emoción de haber terminado esta carrera, que inmediatamente me inscribí a Berlín 2015 y busqué una fundación a al cual podría apoyar para lograr un cupo en el maratón de Londres en ese mismo año”.
Para ese entonces ya estaba a medio camino. Por tal motivo decidió buscar una carrera en la cual se sintiera cómodo para lograr el tiempo requerido para clasificar al aclamado maratón de Boston que emula la carrera milenaria entre Atenas y la ciudad de Maraton en Grecia.
“Fueron meses de mucha disciplina y constancia para conseguir alcanzar la marca exigida donde lo único que pensaba día y noche era lo que debía hacer para lograr un tiempo tan bajo como lo exige el evento. Recuerdo que cada entreno como si fuera ayer donde tan solo visualizaba la forma como culminaría la carrera clasificatoria y gritaría “Vamos Boston”. Algunos corredores como yo, usamos algunos mantras como canciones para entrenar y concentrar nuestra mente en un objetivo y ese me permitió nunca desfallecer en el intento”.
Llegó abril de 2017 y después de mucho esfuerzo, logró cruzar la meta en una carrera en Nevada, Estados Unidos, con un tiempo de 3 horas y 5 minutos que le aseguraban prácticamente la clasificación a Boston. “Mi cuerpo y mi alma se sentían completamente felices de haber logrado el objetivo anhelado de darme la oportunidad de correr el más conocido mundial del maratón”.
En el Intermedio y después de años de aplicar al sorteo para participar en el maratón de Nueva York sin éxito, decidió pagarle a una agencia para que me ayudara a conseguir un cupo para correrla en 2017. Esta carrera es única y simplemente espectacular. De principio a fin las multitudes rodean todos los barrios que rodean a Manhattan donde terminas corriendo los últimos kilómetros de la carrera.
El mes de abril de 2018 llegó y se fue a Boston con toda su familia que lo acompañaron, al igual que prácticamente todas las carreras, son sus mayores porristas. “Para ese entonces estaba muy buen entrenado y con el peso que siempre anhelé tener para correr una carrera, tal un poco flaco para todos los que me conocen. Sin embargo, las condiciones de la carrera fueron abrumadoras para mí y para muchos corredores que tuvieron que retirarse en el medio del camino. El clima y la llovía hicieron que la sensación térmica llegara a nivel de menos 6 grados centígrados y mi cuerpo no supo manejar ese frío cuando casi no tenía grasa corporal, llegando a darme hipotermia en la carrera que me provocó todas las dificultades que se puedan imaginar en aras de poder acabar. Recuerdo mucho que en el kilómetro 35 me encontré a un canadiense que le pregunté si tenía alientos para seguir y me respondió que ya estando allá y después de haber pasado por tantas vicisitudes no podíamos desfallecer a tan poco de la meta, aliento que me dio la gasolina requerida para acabar”.
“Para cerrar este pequeño relato sin entrar en tantos detalles llegó el 2023 y logramos correr en tierras niponas. Aun cuando no venía preparado físicamente para hacer una buena marca, me goce la carrera de principio a fin en una ciudad simplemente espectacular y un ambiente difícilmente replicable. Desde el momento de partida de la carrera dado que mi reloj por algún motivo no marcaba de manera apropiado el tiempo por kilómetro, me deje llevar por la emoción, aun sabiendo que cuerpo podía pasarme factura en algún momento de la carrera. Desde el kilómetro 30 mi cuerpo me pedía parar; sin embargo, mi mente me decía una y otra vez “rendirse no es una opción” así que decidí seguir con lo que mi cabeza le podía instruir al cerebro”. Para él fue un trabajo duro y constante hasta lograr convencer a su cuerpo que debía terminar ese sueño que tanto habíamos anhelado y trabajado desde años atrás. “Con eso terminamos y cruzamos la meta más que feliz de haber cumplido el sueño que siempre anhele. Una aventura memorable. Me quedo con el mejor sabor de boca de cargar esa medalla tan linda que guardaremos para la historia”.

