SALUD
Hoy, 15 de febrero, el mundo se une en la conmemoración del Día Internacional del Cáncer Infantil, una jornada destinada a sensibilizar sobre esta enfermedad que afecta a miles de niños y adolescentes en todo el mundo. En el año 2018, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó la Iniciativa Mundial contra el Cáncer Infantil, con el objetivo ambicioso pero crucial de aumentar al menos al 60% la tasa de supervivencia de niños con cáncer para el año 2030, y así reducir el sufrimiento de los pequeños pacientes y sus familias.
El cáncer infantil representa una de las principales causas de muerte entre los más jóvenes a nivel mundial. Cada año, más de 400.000 niños reciben un diagnóstico de cáncer, una estadística desgarradora que impacta no solo a las vidas de los pacientes, sino también a sus seres queridos. En la región de las Américas, específicamente, se estima que en el año 2020 se registraron más de 32.000 nuevos casos de cáncer en niños de 0 a 14 años, de los cuales más de 20.000 ocurrieron en países de América Latina y el Caribe.
Los números, aunque fríos, cuentan historias de valentía, lucha y esperanza. Lamentablemente, también revelan una cruda realidad: el cáncer fue responsable de la muerte de más de 8.500 niños menores de 15 años en 2020, siendo la mayoría de estas tragedias evitables. En América Latina y el Caribe, más de 7.000 vidas infantiles se apagaron debido a esta enfermedad devastadora, a menudo debido a inequidades inaceptables en el acceso a la detección temprana, diagnóstico, tratamiento y cuidados paliativos de calidad.
La Iniciativa Mundial contra el Cáncer Infantil busca abordar estas profundas desigualdades mediante el fortalecimiento de la capacidad de los países para proporcionar servicios de calidad a los niños con cáncer. Asimismo, se insta a priorizar el cáncer infantil a nivel nacional, regional y mundial, impulsando así la acción coordinada para salvar vidas y reducir el sufrimiento de los pequeños pacientes y sus familias.
En este Día Internacional del Cáncer Infantil, se renueva el compromiso de seguir luchando por un futuro donde ningún niño deba enfrentarse a esta enfermedad sin acceso a los recursos y tratamientos necesarios. Es una jornada para reflexionar, concientizar y expresar solidaridad con aquellos que enfrentan esta batalla, así como para honrar a los valientes sobrevivientes que son un testimonio vivo de la esperanza y la resiliencia humana.