Por: Pedro Javier Jiménez
Hoy 14 de julio, horas antes del partido más importante para el fútbol colombiano, todos como buenos colombianos, nos unimos sin que importe nada más que el orgullo patrio. Hoy todos nos vemos las caras con optimismo, con ilusión, con ganas de saludar diciendo ¡sí se puede!
Esta es la comunión de una sociedad representada en los valores de los guerreros de nuestra selección, que solidariamente ponen sus talentos al servicio de la construcción del equipo nacional y que paso a paso han logrado consolidar, con espíritu ganador, ser reconocidos como el equipo del campeonato. Qué gran ejemplo y qué gran emoción. Vamos a ser campeones, estamos todos seguro que ha llegado la hora.
Hoy nos vamos a reunir con la familia o amigos para trabajar energéticamente en soportar las vibras de la fuerza Argentina, que ha vendido imponiéndose con solvencia en los últimos años; son los campeones del mundo y de América. Vamos a derrotar al gigante. ¿Qué tal como se lee?
Bueno, amigo lector. Si hasta aquí ha entendido que es nuestro momento, que nos tenemos que unir y disfrutar, le quiero recordar que hoy, luego del partido se comporte, que no agreda a nadie, menos a los argentinos que viven en nuestra ciudad, como tristemente sucedió días atrás con un pequeño negocio en la calle 21, a ellos nuestra solidaridad y respeto. Que la alegría no se convierta en tragedias y que conservemos la vida como el mejor regalo para todos; que las caravanas, que seguro vamos a tener, sean manifestaciones de alegría y que no destrocemos la ciudad.
Hoy es la ciudadanía quien debe obrar con civismo y amor patrio para disfrutar de la mejor selección nacional de la historia y mantener la ciudad bajo orden y control.
¡Somos campeones de América!, eso es fijo.