MEDIO AMBIENTE
Lo que una vez fue un río ahora apenas merece el título de una “quebradita”, señala un habitante del corregimiento de Fortalecillas. Este río, vital para el suministro de agua del acueducto local, abastece a una población de aproximadamente 7000 habitantes, lo que convierte el problema en una urgencia inminente.
La preocupación se intensifica al considerar que gran parte del agua se extrae en la parte alta del río para uso agrícola, priorizando los cultivos sobre las necesidades básicas de la comunidad. Esta disparidad de prioridades plantea un dilema ético, dejando a más de 1200 familias sin una fuente confiable de agua potable. La escasez de agua, un elemento vital para la vida, pone en riesgo la salud y el bienestar de toda una población, de acuerdo a la denuncia pública.
La situación se agrava con la revelación de que solo se están dejando 100 litros por segundo de agua en el río, lo que afecta no solo el suministro de agua potable, sino también las actividades económicas locales, como el turismo. La falta de agua disminuye la calidad de vida de la comunidad y amenaza la sostenibilidad de las empresas locales.
El testimonio de un ciudadano que presenció la disminución del caudal del río es revelador. Anteriormente un caudaloso río, hoy apenas una quebradita, el río Fortalecillas es víctima del fenómeno de El Niño y del mal manejo de las aguas en las partes altas. La disminución drástica del caudal ha dejado a la vista los estragos ambientales, como la desaparición de la playa y la acumulación de troncos y escombros, que evidencian la devastación causada por la negligencia y el abuso del recurso hídrico.
El llamado de la comunidad es claro: se necesita una intervención urgente de las autoridades municipales y departamentales para abordar esta crisis.
