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Dos años de gobierno de Gustavo Petro. ¿Aciertos o desaciertos?

Política

Después de dos años de gobierno, más que aciertos o desaciertos, el país vive ahora en un mundo mucho más polarizado y supremamente radical en cada una de sus posturas. Los colombianos salieron del mundo de los tradicionales partidos políticos y ahora se concentran más en ubicarse entre la derecha o la izquierda, sumado a los insultos e improperios que vienen de lado y lado, o partidos de solo dos vías: de gobierno o de oposición.

Gustavo Petro y su gobierno ha logrado que el Congreso le apruebe una ambiciosa reforma tributaria y en junio de este año la reforma pensional, pero no ha logrado finiquitar el cambio en otros sectores como el de la salud y la laboral. Ha tenido avances en la reducción de la pobreza, mejoramiento de los subsidios para los colombiamos mas pobres e indudablemente su política ambiental.

Le preguntamos a la dirigencia política del departamento cómo califican al primer gobierno de izquierda, al presidente Gustavo Petro en sus dos años de gobierno, dos años de reformas contra una férrea oposición en medio de un torbellino de corrupción que deja su administración muy mal parada y una inseguridad marcada en varias zonas del país, especialmente en el Catatumbo y el Pacífico colombiano.

¿Qué opinan los huilenses?

Frank Fierro, Diputado del Huila por el Pacto Histórico

La famosa frase que dice: “Desde que se inventó la imprenta, la libertad de prensa es la voluntad del dueño de la imprenta”. Los periodistas no son seres puros, en su mayoría son empleados del dueño del medio de comunicación. Un gran empresario planteaba que los medios de comunicación eran necesarios para defender la institucionalidad. Entiéndase “institucionalidad” como aquello que responde a los intereses de la clase empresarial. Oportunamente, vienen presentándose periodistas radicalmente democráticos como vanguardia comunicativa en contra de los medios masivos de comunicación que solo responden al interés de las EPS, de los fondos privados de pensiones y de los grandes grupos económicos que se han encargado de satanizar las reformas del cambio que ha promovido el presidente Gustavo Petro.

En el transcurso del gobierno durante los primeros dos años de gestión, según la encuesta presencial en todo el país con 2.036 casos del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG DATA), la ciudadanía en su mayoría coincide con los ejes programáticos que ha venido proponiendo el presidente Gustavo Petro. En lo laboral, casi dos tercios están a favor de una reforma que mejore las condiciones de trabajo. En pensiones, este mismo porcentaje está a favor de una reforma que garantice que todos los colombianos tengan derecho a una pensión de vejez, aunque no hayan podido hacer los aportes. En salud, la mitad de la ciudadanía está de acuerdo con la decisión de que el Estado intervenga las EPS (el 40% estaría en contra). En relación al precio de las tarifas energéticas, casi el 70% considera que el Estado debe intervenir y regularlas. Y, por último, el 63% cree que es mejor reemplazar la explotación de petróleo y gas por energías renovables.

Las reformas del cambio están avanzando. La reforma pensional se aprobó dignificando la vida de nuestros abuelos y mayores que nunca pudieron cotizar en un fondo de pensiones debido a una vida de trabajo informal. La reforma a la educación superior hace que la gratuidad en las IES sea una realidad. Los giros directos a las ESE y hospitales públicos del país han hecho que estos comiencen a funcionar en mejores condiciones ante el saqueo permanente de las EPS y el pésimo servicio de salud pública del país. Hoy, mientras la oposición ataca desmedidamente al gobierno, el pueblo comienza a despertar. Este gobierno no solo entrega esperanza en las regiones sino tierras a los campesinos a través del proceso de reforma agraria. Los bienes de los narcotraficantes aliados a la politiquería del país se entregan a las comunidades indígenas, afrodescendientes, estudiantes, entre otros, a través de la SAE. Está claro que hay mucho por remediar en estos dos años que quedan de gobierno popular, y estaremos desde el departamento del Huila respaldando al presidente en su propuesta por hacer de Colombia una potencia mundial de la vida.

La paz es una apuesta política de este gobierno, por eso debe ser total, estructural y transformar en realidad este país. De la mano, tenemos la mayor incautación de drogas en la historia, la dignificación de las FFMM con el alza de sus salarios y mejores condiciones de vida, la restitución de cultivos en zonas de incidencia del conflicto armado y una revolución de economías populares en los territorios. Así es como el Cambio hará la paz y la transformación del país, aunque desafortunadamente, cuando se atiza la guerra, muere la paz y hay sectores que buscan la guerra como una cortina de humo que oculte las mafias que nutren la clase política tradicional.

Ernesto Macías Tovar, expresidente del Congreso de la República.

“Petro llegó al poder prometiendo el cambio. Sin embargo, en dos años ese cambio ha sido nefasto, el país está descuadernado. Comenzando porque la financiación de su campaña está en entredicho por las confesiones de su hijo Nicolás Petro, de haber recibido dineros de las mafias para la actividad proselitista de su padre en la costa caribe; la filtración de las conversaciones agresivas de Armando Benedetti sobre el ingreso de 15 mil millones de pesos para la campaña; y por el llamado ‘pacto de La Picota’ orquestado por Juan Fernando Petro, hermano del entonces candidato”.

“Y, desde sus inicios, el gobierno ha estado marcado por el derroche y la corrupción, son un sello indeleble que lo identifica, no solamente por lo ocurrido en la UNGRD, sino en otras entidades, como la Cancillería, RTVC, el DAPRE, etc. Además, con la fachada de la ‘paz total’, Petro ha debilitado a la Fuerza Pública y acabó la seguridad por la permisividad con los grupos narcoterroristas, la violencia se tomó el territorio nacional. Por otro lado, la economía atraviesa una profunda crisis; el sistema de salud está colapsado, se perdió la inversión y como consecuencia el empleo. En fin, todo es un caos.”

“Ahora, la complicidad con el fraude de la dictadura de Venezuela, evidencia no solo el grave riesgo para Colombia sino las intenciones de Petro de querer perpetuarse en el poder, como lo ha hecho Maduro. Luego, el panorama que nos espera a los colombianos es oscuro.”

“Como conclusión, es triste para el país decir que de los primeros dos años de Petro en el poder no hay nada para destacar, nada bueno y la percepción nacional es que no ha habido gobierno. Solo hay grandes preocupaciones.”

Luz Ayda Pastrana Loaiza, Representante a la Cámara por el partido Cambio Radical

Desde que Gustavo Petro asumió la presidencia de Colombia, prometiendo un cambio y una transformación profunda, su gestión ha sido objeto de un intenso debate. En términos económicos, a pesar de sus intenciones de reducir la desigualdad, la inflación ha alcanzado niveles preocupantes, afectando principalmente a las clases más vulnerables.

Las propuestas de reformas tributarias y laborales. han generado incertidumbre y desincentivando la inversión extranjera, lo cual ha frenado el crecimiento económico y aumentado el desempleo. La percepción es que estas reformas no han sido suficientes ni efectivas para abordar los problemas estructurales del país.

En cuanto a la seguridad, los esfuerzos de Petro por negociar con grupos armados y buscar una paz duradera no han logrado frenar la violencia en varias regiones del país. Los grupos al margen de la ley han dejado a muchas comunidades en un estado de inseguridad y temor. La falta de una estrategia clara y efectiva para enfrentar estos grupos ha llevado a una percepción de debilidad y falta de control por parte del gobierno. Esta situación, combinada con las crecientes críticas a su manejo del medio ambiente y la insuficiencia en los avances en educación y salud, refleja una gestión que ha quedado por debajo de las expectativas en áreas cruciales para el desarrollo del país.

Finalmente, la política exterior de Petro, al intentar distanciarse de las tradicionales alianzas de Colombia y buscar acercamientos con países de izquierda en la región, ha generado escepticismo y preocupación. Las tensiones con aliados tradicionales como Estados Unidos han aumentado la incertidumbre sobre el rumbo de la política exterior colombiana.

En resumen, los primeros dos años de su gestión han estado marcados por promesas incumplidas y una serie de desafíos no resueltos, lo que ha socavado su credibilidad y apoyo popular. Se requiere una gestión más efectiva y decidida en economía, seguridad, medio ambiente, educación, salud y política exterior para lograr el progreso y bienestar que los colombianos esperan y merecen.

Flora Perdomo, Representante a la Cámara por el partido Liberal

Desde el punto de vista económico hay que decir que el Gobierno ha logrado despejar muchos interrogantes que se tenían sobre el manejo responsable de las finanzas. Hay que decir que la inflación se mantiene controlada, que ha existido flujo de dinero para mantener activo el aparato comercial y que en concertación con el Banco de la República han ido bajando las tasas de interés para impedir que el aparato productivo se frene.

Otro aspecto a destacar está relacionado con el manejo de las relaciones exteriores. Este Gobierno ha logrado importantes acuerdos con otros países que contribuyen en la cooperación internacional, apoyo en la gestión de recursos de la comunidad extranjera para proyectos de desarrollo y también dirigidos a las iniciativas de paz.

Pese a su mano tendida a las organizaciones armadas a las que ha llamado a un gran acuerdo dentro del marco de la paz total, estos grupos han arreciado su accionar y vemos distintas zonas del país afectadas por la ofensiva que estos grupos al margen de la ley vienen desarrollando.

El Gobierno debe trabajar sin descanso en el fortalecimiento de la seguridad, la delincuencia común, las estructuras criminales han aparecido nuevamente generando zozobra e intranquilidad. El boleteo y la extorsión se han convertido en mecanismos que persisten como manera de intimidar a la ciudadanía.
La humanización de las Fuerzas Militares y de Policía que ha permitido mejorar las escalas salariales, lograr la mesada catorce y mejores recursos para los pensionados.

Desde el comienzo de su mandato anunció el desarrollo de una serie de reformas sociales que nos parecen en su gran mayoría bien intencionadas, pero ha hecho falta capacidad para acordar y conciliar, por eso algunas no han avanzado y otras se han quedado en el camino.

El Sector Agrario ha sido uno de sus principales pilares y para ello es fundamental la reforma agraria, que avanza ya, pero lentamente. No se ha avanzado mucho en el desmonte de los tratados de libre comercio y se siguen presentando dificultades para algunos sectores del agro que requieren mayor atención por parte del Gobierno. Hay avances importantes, pero es mucho lo que falta por hacer.

No ha logrado controlar y poner freno al crecimiento de las tarifas de los combustibles, ese aspecto ha puesto en riesgo la economía de los hogares, debido a que se trata de una tarifa que afecta a los transportadores y camioneros. El proyecto ferroviario está en ciernes, hay una decisión tomada de recuperar y modernizar, pero los avances son muy pocos.

La transición energética es otro de los temas que deben avanzar mucho más. Hay que ponerle el acelerador y a fondo, si se quieren cumplir las metas que el propio gobierno se trazó al principio de su mandato. Vale la pena resaltar el esfuerzo por desarrollar las denominadas comunidades energéticas que nos parece una iniciativa fundamental buscando alternativas tanto de generación de energía no convencional, como su uso amigable con el medio ambiente.

Resaltar la cumbre COP 16 de Biodiversidad, es un logro muy importante que pone al país en el epicentro mundial en temas de medio ambiente.
La descentralización administrativa es una urgencia. El Gobierno debe avanzar en darle más herramientas a los departamentos y municipios para que puedan invertir recursos y sacar adelante los proyectos. La gestión ante las entidades gubernamentales se torna demorada y es un cuello de botella que es necesario superar.

En materia de salud hay que decir que compartimos la importancia y urgencia de una reforma, pero esta no puede ser impuesta, hay que concertarla y estamos dispuestos a escuchar y proponer. Los experimentos de transición como en el caso del Magisterio, no han resultado de la mejor manera y debe existir autocrítica por ello.

Julio César Triana, representante a la Cámara por Cambio Radical

Desde un inicio Petro le aseguró a los colombianos que este sería el Gobierno del cambio. Que iba a mejorar la economía y estamos estancados en crecimiento económico desde el inicio de su Presidencia. Que iba a cambiar la salud y han empeorado los servicios de salud a los colombianos.

Que iba a cambiar la inseguridad y los violentos se han apoderado de Colombia. El Gobierno del Cambio en lo único que ha cambiado es en dividirnos más a los colombianos. En matar las esperanzas de quienes sueñan crear una empresa. En acabar las ilusiones de los jóvenes quienes han preferido irse del país. En atacar a la rama judicial, a los empresarios, a los periodistas. En legitimar las dictaduras de sus amigos.

A nivel nacional, entre el primer semestre de 2022 y el primer semestre de 2024, hay un aumento del 65% de los casos de secuestro, hay un aumento del 52% del delito de extorsión y un aumento del 43% del número de combatientes ilegales. En el departamento del Huila se presenta un aumento del 300% de aumento de los casos de extorsión. Advirtiendo que solo 1 de cada 5 personas víctimas de extorsión denuncian.

La paz total y los ceses al fuego solo han servido para que estos criminales se fortalezcan militarmente y mejoren sus negocios ilegales. ¿Qué más tragedias está esperando este Gobierno para replantear su política de negociación? ¿Cuántas muertes más necesita este Gobierno para entender que estos grupos no tienen voluntad de paz?

Felipe Trujillo, Concejal de Neiva por el Centro Democrático

Luego de dos años de gobierno de Gustavo Petro, el balance es pobre; en términos de reformas estructurales, prácticamente nulo. Solo ha logrado la reforma pensional, que fue la única que consiguió consensuar. El carácter extremo del presidente Petro no le ha permitido cumplir la agenda política que lo llevó al Palacio de Nariño. Su constante inclinación por dividir al país e irrespetar la división de poderes ha hecho que el Congreso se convierta, afortunadamente para la democracia, en su contrapeso.

Es poco lo que creo que Petro logrará en materia legislativa, donde hoy las presidencias de las comisiones están en manos de una firme oposición. Desde el ámbito económico, Petro ha dejado de lado al empresariado de todos los tipos, siendo los microempresarios los más afectados. No se percibe un plan que ayude a los empresarios a forjar el futuro del país; más bien, se siente un afán por estatizar todo el aparato productivo. Basta con observar el desesperado intento por detener la exploración petrolera y convertir a Ecopetrol en una empresa sin horizonte.

La construcción está completamente paralizada, y siendo este el sector que más aporta al empleo, no hay un plan de reactivación. Sin embargo, está en sus planes una nueva reforma tributaria que no tiene cabida ni clima. A Petro se le ha olvidado ejecutar con eficiencia el presupuesto, convirtiéndolo en la caja menor de sus gustos y excentricidades, además de estar acompañado del mal uso de los recursos de la UNGRD que termino siendo el foco mas grande de corrupción.

Hoy, el país entero es la Colombia profunda. Para las regiones, y en especial para el departamento del Huila, no tenemos un plan de inversión serio que nos permita avanzar por la senda del progreso. Sus pequeños logros, que celebra con bombos en poblaciones menores, no alcanzan a hacer cosquillas al daño generado por el desgobierno.

En materia de seguridad, es un verdadero desastre. En el Huila hemos vuelto al pasado: boleteo, extorsión, petardos constantes, afectando sin discriminación a empresarios grandes y chicos. El sector turismo, forjado hace casi una década, hoy hace grandes esfuerzos por combatir la sensación de inseguridad, que obviamente afecta el interés de los turistas.

En conclusión, estamos ante cuatro años de atraso para el país, y en especial para Neiva y el departamento del Huila, que deben desde ya saber que 2026 es el momento de recuperar la senda y retomar la visión de desarrollo que traíamos. Ni la pandemia nos dejó en jaque de esta manera.

Jorge Andrés Géchem, excandidatoa a la alcaldía de Neiva

Se cumplen 2 años del Presidente Petro.
Un Gobierno que ilusionó con el cambio. A hoy, lamentablemente, se ha quedado más en los discursos que en los hechos.
Mientras el propósito de la Paz total se ve enredada, los grupos al margen de la ley, puntualmente las disidencias han fortalecido su presencia y control en los territorios. Preocupa mucho el crecimiento desbordado de la extorsión en el país. La seguridad volvió a ser prioridad.

Los escándalos de corrupción como el reciente en la UNGRD asombra y debilita el posicionamiento moral de la lucha inaplazable contra la corrupción.
La economía estancada, un crecimiento económico lánguido del sólo 0,6% durante el 2023, la construcción, el turismo y la vivienda golpeados, el poco apoyo al emprendimiento, lleva a entender la urgencia de un plan efectivo e integral de reactivación económica que mejore la economía de la gente.

La pobreza monetaria y la pobreza extrema bajó a nivel nacional, pero esa lucha hay que profundizarla más, sobretodo en ciudades como Neiva, que por el contrario subió, siendo la sexta ciudad con más pobreza y por ende hambre.
No se ve la inversión del Gobierno en Neiva y el Huila. Ojalá, en lo que resta de este período que termina en el 2026, lleguen recursos y obras, por ejemplo la PTAR en Neiva, que está dentro del Plan Nacional de Desarrollo.
Resaltaría la entrega de tierras a campesinos, la reforma pensional, la visibilización a la economía popular, la relevancia a la transición energética y al cambio climático.

Para terminar y como mensaje final, creo firmemente que la situación actual del país hace, más que nunca, necesario el liderazgo y empoderamiento local y regional. Estamos necesitando inmensamente el liderazgo y capacidad de ejecución de los Alcaldes y Gobernadores para jalonar el desarrollo, que permita sacar entre todos a Colombia, a las regiones y a nuestra gente adelante.

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