Por: Mauro Saúl Sánchez Zambrano
La comunicación política es una herramienta esencial para cualquier gobierno, pues permite destacar sus logros y establecer un vínculo de confianza con la ciudadanía. En Colombia, donde la educación enfrenta desafíos históricos, es crucial comunicar los avances en esta área con claridad y oportunidad. Sin embargo, uno de los puntos débiles del gobierno de Gustavo Petro ha sido precisamente la inoportuna forma de comunicar sus acciones y logros. A pesar de esto, es innegable que la educación ha sido un eje central en sus propuestas de campaña y en su agenda de gobierno.
El Fondo de Financiamiento de la Infraestructura Educativa (FFIE) ha reportado importantes avances en infraestructura educativa, con la construcción o ampliación de 58 colegios y una inversión cercana a los 0,7 billones de pesos. Estas inversiones han permitido la creación de 1.597 aulas nuevas y mejoradas, 59 laboratorios, 37 bibliotecas, 41 salas de tecnología y 54 comedores escolares, beneficiando a 48.895 estudiantes en regiones como el Caribe, Cundinamarca, Bogotá, Llanos, Centro Oriente, Centro Sur, Eje Cafetero, Pacífico y Antioquia. Además, durante el actual gobierno, se han mejorado 306 sedes educativas con una inversión de 73.990 millones de pesos.
La educación es una herramienta invaluable para la prosperidad social. En Colombia, un país con profundas desigualdades, la educación no solo proporciona conocimientos y habilidades, sino que también abre puertas a oportunidades económicas y sociales. La formación académica y técnica es fundamental para romper el ciclo de pobreza, fomentar la movilidad social y construir una ciudadanía informada y participativa.
El presidente Gustavo Petro ha identificado correctamente la educación como un vehículo de transformación social. Sin embargo, el cambio en el modelo educativo requerirá muchos años de esfuerzos sostenidos y articulados con el sector privado y productivo. Es necesario un enfoque colaborativo donde el gobierno, la sociedad civil y el sector privado trabajen juntos para garantizar que las políticas educativas no solo se implementen, sino que también se adapten y evolucionen con las necesidades cambiantes de la sociedad.
A pesar de los avances en infraestructura educativa, la comunicación sobre estos logros no ha sido adecuada. La falta de una estrategia comunicativa eficiente ha dificultado que la ciudadanía reconozca y aprecie estos esfuerzos. La transparencia y la información oportuna son fundamentales para construir confianza y apoyo hacia las políticas públicas. Por ello, es vital que el gobierno mejore su forma de comunicar, no solo para destacar sus logros, sino también para involucrar a la sociedad en los procesos de cambio y desarrollo.
El fortalecimiento de la educación en Colombia debe ser visto como una inversión en el futuro del país. Es necesario un compromiso a largo plazo que trascienda las administraciones gubernamentales y se centre en el bienestar y desarrollo de las futuras generaciones. La implementación de nuevas tecnologías, la mejora de la infraestructura y la capacitación continua de los docentes son componentes esenciales de este proceso.
En conclusión, la educación es la clave para la prosperidad social y el desarrollo sostenible de Colombia. El gobierno de Gustavo Petro ha hecho avances significativos en este ámbito, pero es crucial que estos logros se comuniquen de manera efectiva para asegurar el respaldo y la colaboración de toda la sociedad. Solo a través de un esfuerzo conjunto y sostenido se podrá transformar verdaderamente el sistema educativo colombiano y, con ello, el futuro del país.
