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Neiva: una ciudad sin proyecto

Por : Pedro Javier Jiménez

Neiva carece de un proyecto de ciudad. Aunque he intentado recordar el legado de cada alcalde, es difícil construir una memoria positiva. En la mayoría de los casos, los documentos de estudio retratan escándalos de corrupción y mal uso de recursos. Parece que cada uno de los burgomaestres se ha limitado a resolver el día a día de una ciudad que no proyecta su futuro, ignorando la importancia de la continuidad en los estudios de prospectiva. Peor aún, da la impresión de que ni siquiera se han molestado en revisar lo que en el pasado se planteó como la ruta para hacer de Neiva una ciudad de empuje.

Me di a la tarea de leer el estudio prospectivo de Neiva, generado por el exalcalde Pedro Suárez en 2012. Sin lugar a dudas, fue un esfuerzo por dar un norte al futuro de nuestra ciudad, lanzado en el marco de los 400 años de la capital del Huila. Han pasado 12 años desde entonces, y al leerlo hoy, siento tristeza y nostalgia al ver que de todo lo allí plasmado, prácticamente no hemos logrado nada. El rezago no es de 12 años, sino de quizás 30 años de constante subdesarrollo.

Hagan memoria: ¿cuántas vías nuevas tiene la ciudad hoy? La circunvalar del oriente sigue en “planeación”, y la conexión de la comuna 10 con el norte tiene un puente previsto que sigue siendo una promesa. Eso sí, el repavimentado es el pan de cada día. Seguimos con soluciones coyunturales en temas de infraestructura vial. En cuanto a escenarios deportivos, Lara Sánchez construyó 22 en los barrios de Neiva y algunos más en la época de Gorky. Sin embargo, el estadio sigue compitiendo con el Coliseo Romano en ruinas; el coliseo de voleibol de la comuna 9 tiene toda la pinta de convertirse en un elefante blanco; y al coliseo cubierto apenas le pintaron la cancha como si fuera un gran logro.

En salud, se lograron avances en dotación gracias al COVID, pero el CAIMI de la comuna 9 sigue en sala de espera para entrar en operación. En temas de información y transparencia, desde hace 12 años se hablaba del Gobierno Digital, pero hoy sigue siendo una meta en el limbo. La cultura del papel reina en las instalaciones del palacio municipal, y la contratación se publica después de ser “organizada”, no en línea y en tiempo real.

Los observatorios siguen funcionando de manera arcaica, casi a mano, y el observatorio económico parece tener la misma parsimonia que el secretario de competitividad actual: tímido en su alcance y corto para las necesidades de la economía de la ciudad. Se había planteado para esta época la creación de cadenas productivas que involucraran sectores de mediana tecnología y complejidad. Bueno, al menos hacemos ferias frente a la alcaldía cada mes, un avance mínimo.

En educación, se hablaba de una fuerte formación de doctores y de fortalecer las instituciones educativas de la ciudad. Sin embargo, ya sabemos que estas instituciones están a punto de colapsar, como lo advirtió el concejo de la ciudad a principios de año. Podría seguir abordando cada variable estratégica hasta llegar al sentimiento de tristeza que expresé al inicio.

Hoy, Neiva no tiene un proyecto de ciudad. Los “equipos políticos”, un grupo de personas interesadas solo en el poder, no tienen las bases para desarrollar el municipio. Esto ha sucedido por años, y parece que el alcalde Casagua no será la excepción. Su visión del día a día, sin liderazgo, sin capacidad de proponer y culminar procesos, es alarmante.

No es posible que alguien que ha sido concejal durante dos periodos, que debería conocer la administración pública, permita que su plan de desarrollo sea objetado. Peor aún, a pesar de ser advertido del fallo, como lo hizo el concejal Johan Steed Ortiz, no tuvo la nobleza de enmendar el error a tiempo, dejando a la ciudad a la deriva. Esta administración no es de transición; no impregna optimismo, no marca la ruta del desarrollo, y es tan corta de visión que, ocho meses después, sigue culpando al administrador anterior sin asumir el control del presente ni proponer un futuro. ¿Será esta la escuela de ‘Petro Presidente’?

Para finalizar, mi mensaje es para los próximos candidatos a la Alcaldía: que tomen como aprendizaje el pasado y no recurran a la improvisación. Desde ya, invito a hacer control político y social, a construir una ruta estratégica incluyente y seria. Es crucial cambiar la visión de coyuntura por una propuesta estructural para la ciudad y recordar que no van a gobernar feudos, sino problemas que han existido por décadas. Solo así podremos soñar con una ciudad que tenga un proyecto real, que nos permita liderar una transformación social.

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