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Se nos está acabando el gas

Por: Andrés Calderón

El gas natural una de nuestras principales fuentes energéticas, de este producto natural se benefician 36 millones de colombianos, cerca de 87 mil taxistas, una buena parte del sistema integrado de transporte del país, transportadores de mercancías y, sobre todo, la industria; un gran mercado que muchos ciudadanos parecen no percibir a simple vista.

Este ha sido uno de los servicios públicos más económicos y una gran alternativa en términos de reducción de contaminación y costos para la movilidad de vehículos, sobre todo taxis. El servicio de gas se presta a través de empresas privadas reguladas por la Comisión Reguladora de Energía y Gas (CREG), quien reglamenta el sector, la Super intendencia de servicios públicos Domiciliarios y la Super Intendencia de Industria y Comercio como las autoridades a cargo de la vigilancia y el control del sector en Colombia. La bolsa Mercantil de Colombia también participa como gestora del sector.

La tarifa de este producto la determina el costo de cada uno de los eslabones que componen el mercado, producción, comercialización y distribución, que se ven afectadas por variables como, la inflación y la variación del dólar. Pero además hay una categorización de los usuarios o demandantes que se establece por el tipo de consumo, así las cosas, la mayoría de los usuarios están en la categoría de los usuarios no regulados (UNR) quienes son los de niveles más bajo de consumo como, por ejemplo, las familias o negocios pequeños como restaurantes, y por el otro lado, están los usuarios regulados (UR) que son quienes tienen más alta demanda de energía como, por ejemplo, las termoeléctricas.

En el país existen cerca de 10 millones de usuarios registrados del servicio de gas domiciliario y el país cuenta con 14 pozos en producción agrupados en 8 cuencas y una planta de regasificación que importa. Sin embargo. Estas no son suficientes para cubrir la demanda del sector en el corto plazo, pues el potencial de producción (PP) viene disminuyendo, así lo establece el informe de declaración de producción de Gas Natural 2024-2033 presentado este año por la Bolsa Mercantil que especifica se observa una reducción en el PP del 11 % entre el 2024 y 2025 (117 GBTUD), el 8 % entre 2025 y 2026 (70 GBTUD) y el 8 % entre 2026 y 2027 (70 GBTUD), para el año 2033 se estima una reducción del PP a 321 GBTUD lo que equivaldría a un 63% menos respecto al presente año. Como consecuencia de estas reducciones, ya el mismo presidente de Ecopetrol ha anunciado que para el próximo año es posible se tenga que importar el 14% de la demanda nacional cuando hoy se importa cerca del 7%.

Y aunque las cifras de disponibilidad del gas se podrían ir ajustando por las disponibilidades de importación y la dinámica misma de la producción interna, es preocupante la situación si se tiene en cuenta que la exploración se ha venido reduciendo casi considerablemente. Según la misma Ecopetrol, principal productora, pero también consumidora de gas, desde el año 2015 no se incorpora ni una sola reserva natural de gas a la demanda nacional y la exploración a en el último año comparado con la década que le precede calló en un 71%, lo que no ha permitido incorporar nuevas reservas.

Esta crisis se da en medio de un contexto de transición energética a la que ha apostado el actual Gobierno Nacional, en una carrera de lucha contra el cambio climático, necesaria, sí, pero para muchos, imprudente a esas velocidades, a riesgo de generar deficiencias energéticas en el país, pues el avance en la producción de energías limpias no es directamente proporcional al decrecimiento de la demanda de energía fósil que sigue disminuyendo su potencial de oferta, lo que aumenta cada día más nuestras importaciones.

Este panorama de expectativas negativas de producción a riesgo de déficit genera variaciones inflacionarias que se ven reflejadas hoy en la factura, a la que este mes que pasó se sumó en el Huila y la vasta zona que opera Alcanos de Colombia la recuperación de cartera de saldos acumulados de los usuarios a los que hace referencia la resolución 048 de 2020 expedida por pandemia, medida temporal.

El gas es un combustible necesario en el proceso de transición energética, para el consumo de los hogares, su economía y, por supuesto, la generación de energía ahora que el fenómeno del niño amenaza ser cada vez más fuerte. Descartado de lleno el Fracking como forma no convencional de extracción de petróleo y gas por ser altamente contaminante, es necesario para el autoabastecimiento del país y el mantenimiento de precios estables seguir con la exploración tradicional y buscar acuerdos comerciales favorable en precio, para lo que Venezuela sería un gran aliado.

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