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Mi mayor sueño es regresar a Colombia, para morir acompañada de mis seres queridos

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Karen Trujillo Aya, médica egresada de la universidad Surcolombiana, enfrenta las últimas etapas de una batalla contra el cáncer. Radicada en Rio de Janeiro, Brasil, desde hace más de una década, su historia se ha convertido en una súplica silenciosa que cruza fronteras, un llamado urgente para cumplir contra el tiempo un último deseo: “mi mayor sueño es regresar a Colombia y morir rodeada de sus seres queridos”, asegura Karen Trujillo.

Karen fue diagnosticada hace seis años con cáncer de ovario en etapa tres. La intervención médica fue inmediata. En menos de una semana fue operada y, tras ocho meses de quimioterapia, logró superar la enfermedad. Sin embargo, un año después, recibió un nuevo diagnóstico: metástasis en etapa cuatro en el peritoneo, la membrana que recubre los órganos abdominales.

A pesar del pronóstico, Karen no interrumpió su vida profesional. Continuó trabajando y estudiando. El año pasado obtuvo el título de cirujana plástica. Su compromiso con la medicina y sus pacientes se mantuvo, incluso mientras se sometía a tratamientos oncológicos.

Hace seis años, Karen fue diagnosticada con cáncer de ovario en etapa tres.

Desde hace más de dos meses, su estado de salud se deterioró de forma acelerada. Presentó fuertes dolores abdominales y vómitos recurrentes, pero no dejó de trabajar hasta que fue hospitalizada de urgencia. Ese mismo día, los médicos extrajeron seis litros de líquido de sus pulmones. Los estudios confirmaron que el cáncer había avanzado sin posibilidad de intervención médica. Hace dos semanas, los especialistas informaron a la familia que le quedan, en el mejor de los casos, entre cuatro y seis semanas de vida.

Karen nació en Buenaventura, pero creció en Neiva, en el seno de su familia de origen huilense, egresada del colegio La Presentacion de Neiva. Sus padres se encuentran actualmente en Brasil, enfrentando no solo la enfermedad de su hija, sino también las barreras del idioma y la distancia. Su hermana Yohen, residente en Estados Unidos, no ha podido viajar, pero mantiene comunicación constante con la familia.

Karen ha estado consciente de su estado de salud en todo momento. Tiene sondas para alimentación y drenajes en el abdomen y los pulmones. Pese al desgaste físico evidente, permanece lúcida. Su único deseo es regresar a Colombia para morir en Neiva, acompañada de sus seres queridos.

El costo estimado del traslado varía entre 70.000 y 98.000 dólares

La familia ha iniciado una campaña para conseguir un vuelo medicalizado, la única opción viable dadas las condiciones clínicas de Karen. El costo estimado del traslado varía entre 70.000 y 98.000 dólares. Por ello, hacen un llamado urgente al gobierno colombiano, a la Cancillería y a la Fuerza Aérea, que en ocasiones anteriores ha dispuesto vuelos humanitarios para casos similares.

“Solo queremos que esté con nosotros, en nuestra casa ubicada en el barrio Calixto Leyva, oriente de la ciudad”, dice su hermana con la voz entrecortada. La familia mantiene la esperanza de que se abra una puerta en medio del dolor. Esperan un milagro. Mientras tanto, el tiempo corre y temen que se agote.