Por: Pedro Javier Jiménez
Opinión
Ayer, en el cumpleaños de Neiva, la Alcaldía decidió celebrarlo con los actos tradicionales: misa, desfile, ofrenda, eventos culturales… y también comprando toda la pauta de uno de esos medios que, hace apenas unos meses, prometía ejercer un periodismo con vigor crítico. Empezamos con un falso direccionamiento informativo, cargado de autobombo, a manera de “regalos” en renders. ¿Cuánto habrá facturado el medio por validar esta intención? El resultado fue predecible: una oda a la politiquería, un publirreportaje maquillado para intentar lavar la cara de una ciudad que hoy carga más frustraciones que esperanzas, más falsos positivos en su infraestructura que resultados en su gerencia.
Anunciaron, como gran regalo, un puente para conectar el oriente con el norte, por los sectores de Caña Brava y El Tesoro. ¿Es necesario? Sí. ¿Pero prioritario? No. Lo verdaderamente sensato —y pendiente desde hace más de una década— es construir la Circunvalar del Oriente con orden, y no dejar perder los recursos ya invertidos por administraciones anteriores, donde existen trazos, etapas y, si no estoy mal, hasta brechas de vía abiertas. ¿Cómo justificar un puente sin vías de aproximación?
También prometieron el Jardín Botánico del Sur. Bonito en el papel. Pero, ¿no sería un mejor regalo recuperar los parques que ya existen y hoy están abandonados, inseguros y entregados al deterioro?
El malecón del Magdalena, que debería ser la cara amable del turismo neivano, lleva más de diez años sin intervención, ni proyección, ni siquiera mención. Lo borraron hasta del ornato urbano. Y justo ahora, en plena temporada sampedrina, será esa cara olvidada la que verán nuestros visitantes.
¿Y para nuestros niños? ¿El regalo sigue siendo un PAE con carne podrida? ¿Dónde está el compromiso real con la niñez? ¿Por qué no construir un modelo digno, operado con transparencia, por padres comprometidos y bajo estándares serios de calidad? ¿No sería mejor un verdadero plan de recuperación de las instituciones educativas, en lugar de seguir heredando elefantes blancos como la I.E. Cacique Pigoanza, donde más de 10 mil millones simplemente se esfumaron?
Pero quizás el mayor clamor de los neivanos es uno: la reparación integral de la malla vial. No más remiendos. No más pañitos de agua tibia. Se necesita un plan técnico, financiado, sostenido y con cronograma público. Una política de mantenimiento real, no un maquillaje electoral de última hora.
Neiva no necesita más promesas disfrazadas de noticias o renders. Lo que necesita es sensatez. Gobernar desde la realidad, no desde el capricho. Administrar lo que tenemos y recuperarlo antes de que se pierda por completo. Más aún en medio de una situación económica crítica. No se puede seguir endeudando a la ciudad sin avanzar con responsabilidad.
Y usted, respetado neivano, también tiene un papel clave: el mejor regalo que podemos darle a esta ciudad es un cambio de actitud. Debemos ser ciudadanos que respetan la ley, que son solidarios con su comunidad, que exigen valores y defienden lo público. Espero, con el buen deseo de quien celebra años, que cuando llegue el 2027 los ciudadanos no voten por quien más aparece en videos ni por quien se siente más “amigo”. Neiva no aguanta otra improvisación.
Porque el mejor regalo que se le puede dar a esta ciudad es el respeto: por su gente, por su historia y por su dignidad, con medios de comunicación críticos y serios que no validen sueños de más elefantes blancos.
