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Reducción de jornada laboral: implicaciones económicas y laborales desde mañana

ECONÓMICAS

A partir de mañana, 15 de julio entra en vigencia una nueva etapa en la implementación de la ley, que establece la reducción progresiva de la jornada laboral semanal en Colombia. La jornada máxima legal pasará de 48 a 44 horas semanales sin afectar el salario de los trabajadores. Este ajuste, que forma parte de una transición gradual hacia una jornada de 42 horas en 2026, tiene implicaciones directas sobre los costos laborales y la organización del trabajo, particularmente en sectores con alta actividad nocturna o dominical.

Ajustes en costos laborales y estructuras horarias

Según estimaciones del gremio de comerciantes, el cambio representa un incremento del orden del 6% en los costos de nómina. El nuevo cálculo del valor por hora trabajada, basado en el salario mínimo vigente, alcanza los $7.518 sin recargos, mientras que las horas con recargo nocturno, que desde ahora inicia a las 7:00 p. m., pueden llegar a $12.780. En jornadas donde se incluyan horas nocturnas, una jornada diaria puede alcanzar los $70.668.

De acuerdo con el análisis del gremio, los mayores retos estarán en las micro, pequeñas y medianas empresas, que enfrentan menor capacidad de absorción de estos aumentos en costos. Actividades como vigilancia, logística nocturna, gastronomía, hospedaje, panadería y comercio minorista podrían experimentar los mayores impactos operativos y financieros.

Cambios en recargos dominicales y festivos

La legislación también establece un cronograma de aumento en los recargos por trabajo dominical y festivo, que llegará al 100% en 2027. Este año, el recargo pasó del 75% al 80% el pasado fin de semana. Para julio de 2026 se prevé un aumento al 90%, lo que podría implicar, según proyecciones del sector comercial, un aumento total de hasta 34% en los costos, dependiendo de la naturaleza de cada empresa.

Perspectivas académicas y oportunidades para nuevos perfiles laborales

Desde la academia, el ajuste ha sido observado con matices distintos. Juliana Morad, directora del Observatorio Laboral de la Universidad Javeriana, señala que la medida podría favorecer la incorporación de jóvenes al mercado laboral, al hacer más atractivas las jornadas parciales u horas extras mejor remuneradas. Según Morad, las nuevas generaciones valoran especialmente la flexibilidad laboral y la estabilidad en los contratos, factores que podrían alinearse con los objetivos de la reducción de horas.

Además, se ha indicado que sectores como el de la salud, caracterizados por esquemas de turnos rotativos, podrían ver impactos positivos en productividad y bienestar laboral, siempre que se garantice la efectividad del tiempo laboral y la adecuada implementación de los ajustes.

Continuidad en el calendario de implementación

La reducción de la jornada semanal se aplicará de manera progresiva en los próximos años. Para 2026, la jornada máxima legal en Colombia será de 42 horas, distribuidas de común acuerdo entre empleador y trabajador, sin disminución del salario ni afectación de los derechos adquiridos. Las empresas deberán continuar adaptando sus estructuras operativas y de personal conforme avance esta normativa.

Este nuevo escenario plantea desafíos tanto para empleadores como para trabajadores, en un contexto económico donde la formalización y la sostenibilidad empresarial siguen siendo temas de debate central.

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