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La muerte de los auxiliares de Policía Wilmer Santiago Fullar Ocampo y Yuli Andrea Quinayás Campos, en un accidente ocurrido la madrugada del sábado, en la avenida 26 con calle 42 de Neiva, ha generado indignación entre la comunidad y las familias de las víctimas. Los señalamientos de que los jóvenes habrían sido objeto de una persecución por parte de guardas de tránsito y de que no recibieron auxilio oportuno mantienen abierto el debate sobre el alcance de las funciones de estas autoridades.
¿Qué dice la ley?
La Última consultó con el Ministerio de Transporte quien explicó que los agentes de tránsito, identificados con uniforme azul turquí, están facultados por la Ley 769 de 2002 y la Ley 1310 de 2009 para detener vehículos e imponer comparendos cuando detectan infracciones. Sin embargo, la norma señala que si un conductor hace caso omiso al requerimiento y se da a la fuga, el procedimiento legal es recoger el material probatorio y enviar el comparendo a la dirección registrada en el RUNT, no iniciar una persecución.

“El agente deberá proceder a recolectar el material probatorio necesario, para así elaborar la orden de comparendo y posteriormente enviarla a la dirección registrada. La norma no contempla de manera explícita la persecución”, precisó el Ministerio en el concepto remitido.
El pronunciamiento deja en evidencia un vacío en la regulación, pues aunque los agentes están facultados para sancionar, los procedimientos de persecución no aparecen en la ley.
La voz de la familia
En medio del dolor, la madre de Santiago Fullar, Carolina Ocampo, relató a La Última que, además del accidente, su hijo habría sido víctima de agresiones por parte de los guardas de tránsito.

“Dicen que los guardas lo golpearon. Mi hijo sufrió el accidente, pero además lo dejaron tirado, no lo auxiliaron. Yo lo único que quiero es justicia, porque devolverme a mi hijo ya no se puede”, señaló.
La mujer recordó a Santiago como un joven “amable, cariñoso y humilde”, quien había terminado su servicio como auxiliar de Policía hace apenas 15 días y debía reincorporarse esta semana.
“Él era el mayor de mis hijos. Tenía muchos sueños, pero se los arrebataron. Yo nunca voy a perdonar lo que hicieron”, expresó Ocampo.
El accidente
De acuerdo con versiones de la comunidad, los jóvenes habrían sido perseguidos desde un retén en la carrera Séptima con calle 21. Testigos aseguran que al menos siete agentes de tránsito participaron en el procedimiento. El hecho terminó con el choque del vehículo contra un poste en Bosques de Tamarindo, lo que provocó la muerte inmediata de Fullar y Quinayás.
Una tercera auxiliar, Ana María León, permanece bajo atención médica en la clínica Emcosalud.
Investigación en curso
Las autoridades adelantan las investigaciones para determinar qué ocurrió en los momentos previos al accidente, si hubo exceso en el procedimiento de los guardas de tránsito y si se vulneraron los protocolos de auxilio a las víctimas.
Mientras tanto, en Neiva crece la indignación ciudadana. Vecinos, familiares y allegados han cuestionado que jóvenes que apenas iniciaban su vida profesional murieran en medio de un procedimiento que, según la ley, no contempla la persecución como herramienta de control.
