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Petro denuncia la delincuencia de cuello blanco en las EPS

Por: Fredy Tovar Montenegro

Opinión

El presidente Petro vuelve a destapar más ollas podridas de administraciones pasadas, cuando en su última alocución presidencial del pasado jueves 11 de septiembre en horario prime por todos los canales oficiales tradicionales de televisión (incluidos RCN y Caracol) denunció públicamente, lo que él ha definido como el cartel de la contratación en las EPS, exponiendo el último caso con la Nueva EPS.

Sus argumentos, distantes de ser solamente un arrebato político, están cargados de pruebas, sustentos contables y datos concretos que constatan lo que millones de colombianos han padecido, un modelo que determinó la salud como un negocio lucrativo para los dueños de las EPS’s, mientras los pacientes esperan citas inalcanzables, muchos mueren esperándolas o mueren en salas de urgencias.

Con firmeza Petro lanzó sentencias como: “La salud de los colombianos fue convertida en una chequera de contratación”, o, “La Nueva EPS no fue creada para garantizar derechos, sino para repartir contratos entre clanes políticos”. Con estos juicios, más que un alegato, Petro elaboró un diagnóstico lapidario de un sistema que, en vez de salvar vidas, se dedicó a alimentar maquinarias.

La denuncia de la corrupción estructural que hay en el entramado de las EPS, no es tan grave, como los nombres que esgrimió el Presidente, donde Enrique Vargas Lleras (hermano de German) y José Fernando Cardona, miembros de la Junta directiva de la Nueva EPS, aparecen como protagonistas de compromisos turbios que hicieron del sistema de salud un fortín burocrático convirtiéndolo en caja menor de intereses politiqueros. Ahora es mas comprensible el por qué en vez de garantizar el derecho fundamental a la salud, lo que hicieron fue garantizar contratos, intermediaciones y favores.

Hace varios años nos vienen imponiendo la idea de que las EPS son el único y mejor camino para administrar el sistema de salud. Pero con la denuncia del presidente, la realidad demuestra lo antagónico, estas sirvieron de baipás para la voracidad privada sobre el dinero público. Así lo afirmó Petro: “El cartel de la contratación en salud, es uno de los peores crímenes contra la nación.” Y no es exageración, pues es la descripción de un saqueo sistemático, normalizado e impune.

La alocución del presidente, se debe interpretar como una interpelación al País. ¿Permitiremos una vez más que nombres afamados de las élites políticas como los Vargas Lleras se repitan una y otra, y otra vez en los mismos escándalos, como si la corrupción hiciera parte de sus patrimonios familiares, sumados a la impunidad per se? ¿Seguiremos permitiendo que perfiles como el de Cardona, con su historial como presidente de la Nueva EPS, sigan moviéndose en las sombras de la contratación publica?

Lo que a muchos incomoda, de las palabras del presidente no es su tono, sino su contundencia y veracidad. Porque quienes hoy se indignan con la denuncia, en el fondo saben que lo que se destapó es apenas la punta del iceberg. El cartel de la contratación en las EPS es la radiografía más cruel de un país que ha normalizado el saqueo del erario bajo la excusa de la “gestión privada” con escuadras de senadores y politiqueros de todo nivel, defendiendo los intereses de los financiadores de sus campañas politiqueras.

Si algo debe salir de esta denuncia es una sacudida nacional, que la ciudadanía comprenda que la salud no puede seguir siendo botín político. La Nueva EPS y las demás que han sobrevivido, deben ser auditadas con lupa, y los responsables de estos compromisos espurios deben responder ante la justicia.

La verdad, aunque incómoda, es el primer paso para la transformación. Petro la ha dicho sin titubeos: “Mientras la corrupción gobierne la salud, la muerte será el negocio más rentable en Colombia”. Ahora les corresponde a los colombianos decidir si convierten esa advertencia en acción visible en las urnas o la entierran bajo el silencio cómplice de siempre.

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