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La posibilidad de que el Atlético Huila se traslade a Yumbo quedó nuevamente en el aire. Aunque los nuevos dueños del club presentaron la solicitud para cambiar de sede, en el Valle del Cauca no habría ambiente favorable para aprobar su llegada. La presencia de seis equipos profesionales entre la A y la B en ese departamento genera resistencia, pues significaría la llegada de un competidor con “un proyecto deportivo fuerte” y con capacidad para disputar talento y mercado en el corto plazo.
La Asamblea de la Dimayor, convocada para el viernes y en la que se esperaba discutir el cambio de sede, fue aplazada sin definir una nueva fecha. La decisión sorprendió a dirigentes y a sectores del fútbol que daban por hecho que el tema sería abordado. La cancelación dejó al club opita en un limbo administrativo que prolonga una incertidumbre que ya completa años.
En diálogo con LaUltima.com.co, el expresidente de la Dimayor y del Atlético Huila, Jorge Fernando Perdomo, lamentó que el panorama esté marcado por trabas externas y por errores acumulados dentro del propio departamento. “Lo que está sucediendo hoy nos duele y nos da rabia porque no es entendible que durante once años no se haya podido solucionar el problema del estadio”, afirmó. Recordó que desde el cierre del Guillermo Plazas Alcid el equipo quedó sin el principal rubro de ingresos, lo que derivó en un deterioro financiero que hoy se refleja en los informes de la Superintendencia de Sociedades. “Sin taquilla, el año pasado el Atlético Huila apenas recaudó 550 millones de pesos. Este año, con el estadio cerrado, seguramente era cero”, añadió.
Perdomo hizo memoria de los años competitivos en los que el club disputó dos finales y cuatro cuadrangulares. “En esas épocas recaudábamos cerca de dos mil millones de pesos y eso nos permitía tener jugadores de primer nivel. Además, la presencia del equipo ponía al Huila en el radar nacional e internacional”. Para él, la pérdida de ese impulso no solo afectó al fútbol, sino a la economía y a la visibilidad de la región.
Sobre la posible mudanza, explicó que el traslado depende de que los clubes del departamento receptor no presenten objeciones. “Entendería que los equipos del Valle no van a extender el beneplácito. Son seis clubes y la llegada de un proyecto con la capacidad que ha mostrado el Atlético Huila no les hará la cosa fácil”. Añadió que, de no haber aprobación, “el cambio de sede no pasa”, lo que deja al club frente a un callejón sin salida.
Mientras tanto, la afición intentó enviar un mensaje claro. Ayer, hinchas y simpatizantes se reunieron en el parque Santander, frente a la Gobernación del Huila, en un banderazo con camisetas, banderas y cánticos en el que pidieron a las autoridades departamentales y municipales hacer todo lo posible para evitar que el equipo salga de Neiva. La concentración buscó presionar una reacción institucional que aún no se materializa.
Aun así, Perdomo cree que Neiva no ha agotado su última opción. “Si yo fuera presidente buscaría primero un diálogo serio con el gobernador y con el alcalde, un diálogo que parece que no ha existido de manera fluida. Todavía es posible un compromiso real”. Para él, la crisis actual es “la crónica de una partida anunciada”, pero insiste en que todavía podría evitarse si la dirigencia actúa con determinación.
Por ahora, el futuro del Atlético Huila continúa en pausa, sin asamblea, sin aprobación y sin una sede definida. Entre las palabras de Perdomo queda una advertencia que resuena en la región, “Solo cuando alguien pierde algo con mucho valor como es el Atlético Huila vamos a sentir lo que realmente teníamos”.