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La revancha que Colombia esperaba

Por: Faiver Eduardo Hoyos Pérez

Opinión

En medio de la sequía futbolística que tiene a Colombia colgando de un hilo en las eliminatorias, Néstor Lorenzo finalmente decidió sacudirse el conservadurismo que lo caracteriza. La convocatoria para enfrentar a Bolivia y Venezuela no es perfecta, pero por primera vez en mucho tiempo, el argentino parece haber escuchado el clamor de un país entero.

Siempre creí que este momento llegaría de nuevo, que el fútbol, tarde o temprano, le daría a Dayro Moreno su merecido last dance con la tricolor. A pocos días de cumplir 40 años, cuando muchos ya cuelgan los guayos, el tolimense sigue rompiendo redes con la misma voracidad de hace dos décadas.

Su mejor carta de presentación son los ocho goles que actualmente lleva en la Sudamericana, que lo convierten parcialmente en el máximo artillero del torneo y los trescientos setenta tantos en su carrera lo coronan como el goleador histórico del fútbol colombiano. La Selección Colombia necesitaba goles y Lorenzo, después de nueve años, finalmente entendió quien los puede tener.

Hubo muchas voces de apoyo para la convocatoria de Dayro, pero más allá de las influencias, esta convocatoria representa el reconocimiento de que Colombia necesita hambre de gol, experiencia en partidos decisivos y, sobre todo, ese gen ganador que solo tienen los que han caminado por el infierno y regresado para contarlo.

Sin embargo, no todo es color de rosa en esta lista, ya que la marcada ausencia de Duván Vergara sigue siendo inexplicable. Un jugador que desequilibra, que rompe esquemas defensivos con su velocidad y técnica, relegado, mientras otros con menos méritos y experiencia siguen ocupando un lugar seguro en el avión y el banco de suplentes.

Lorenzo parece haber entendido, aunque tarde, que los partidos definitivos no se ganan con nombres bonitos sino con guerreros y Dayro es eso. Un gladiador del área que nunca perdió el olfato goleador. Por lo tanto, su llamado, aparte de técnico; es emocional, es simbólico, es el reconocimiento a una carrera que merece cerrarse con la camiseta que todo colombiano sueña vestir.

¿Por qué no soñar con verlo en el Mundial 2026? Si Modric puede brillar a los 38, si Cristiano sigue marcando a los 40, ¿por qué Dayro no podría escribir su propia historia? El fútbol nos ha enseñado que la edad es solo un número cuando el talento y la determinación se mantienen intactos.

Esta doble fecha eliminatoria es definitiva y no tenemos margen de error, por un lado, Bolivia en Barranquilla y por otro, Venezuela en Maturín serán los escenarios donde Colombia debe despertar de su interminable sueño deportivo. Celebro que Lorenzo finalmente pateó el tablero, el regreso de Dayro Moreno representa esperanza, pero también presión. Por lo tanto, es hora de que esta selección demuestre que tiene el carácter para clasificar al Mundial, porque si algo nos ha enseñado Dayro en sus 39 años es que nunca es tarde para hacer historia.

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