Por: Faiver Eduardo Hoyos Pérez
Opinión
Hace tres años, tomé la decisión de poner mi nombre en la lista del Partido de la U para aspirar al Consejo Municipal de Juventudes (CMJ) de Neiva. Lo hice con la convicción de que los jóvenes debemos participar, ocupar espacios de representación y proponer. Creí como muchos que desde adentro podríamos ayudar en algo a transformar las reglas del juego para los jóvenes neivanos.
En esa lista, la cual consolidamos con trabajo comunitario y mucha ilusión, se logró conquistar una curul bajo la cabeza de Sergio Quimbaya, actual Consejero Municipal y Departamental de Juventudes. Un triunfo que representó un golpe de opinión frente a otras estructuras políticas consolidadas, producto de una labor organizativa y trabajo en equipo.
La Ley Estatutaria 1622 de 2013, modificada por la Ley 1885 de 2018, estableció el Estatuto de Ciudadanía Juvenil, un marco jurídico que prometía ser la hoja de ruta para la participación autónoma y una incidencia real en la juventud. No obstante, esa promesa no se ha cumplido, ya que los Consejos de Juventud operan hoy como figuras decorativas, sin presupuesto, sin apoyo técnico, sin espacios físicos adecuados y sin el reconocimiento institucional que se merecen.
Los consejeros trabajan ad honorem, y soy testigo de que muchos han tenido que renunciar porque no pueden seguir costeando de su bolsillo los pasajes para asistir a reuniones o las herramientas mínimas para ejercer su labor. Mientras tanto, las administraciones municipales siguen insistiendo en adornar la participación juvenil con campañas de socialización y actos simbólicos que no modifican en nada la realidad.
El resultado de este abandono se refleja en el abstencionismo juvenil, en 2021, de los más de 97 mil jóvenes habilitados para votar en Neiva, apenas 13.655 acudieron a las urnas. Por lo tanto, el abstencionismo volvió a imponerse como consecuencia de un desencanto hacia la política que se ha ido agudizando con el tiempo. Sin embargo, y a pesar del panorama sombrío, hay razones para persistir porque incluso en medio de la precariedad, todavía hay jóvenes que proponen y se arriesgan.
No hay excusas. Si tienes entre 14 y 28 años de edad puedes votar; incluso, si eres menor de edad puedes hacerlo en el puesto más cercano a tu residencia. Personalmente, este 19 de octubre acompañaré junto a mis amigos la lista del Partido de la U, la cual encabeza una joven pilosa y propositiva como Isabella Hoyos Castillo, quien ha venido realizando un trabajo silencioso, pero fructífero junto a los demás miembros de la lista.
En ese sentido, el Consejo Municipal de Juventudes puede seguir siendo una figura simbólica o convertirse en una herramienta de transformación social. Todo depende de nosotros, pero para eso, necesitamos una juventud comprometida que continue luchando por conquistar derechos y dignidad para los jóvenes.
