POLITICA
Redacción La Última
- “A partir de hoy no pasará un solo día en que no le recordemos a cada colombiano y a la comunidad internacional que el régimen que se implantará el próximo 7 de agosto en Colombia es hijo de la Internacional Progresista”, señaló la congresista María Fernanda Cabal.
Con estas palabras, la senadora del Centro Democrático, María Fernanda Cabal Molina, se refirió al trabajo sin tregua que empezará a partir de la fecha como opositora al gobierno comunista que Gustavo Petro quiere imponer en el país a partir de agosto, señaló.
“Chile y Colombia eran los dos bastiones, los dos muros de contención contra el Socialismo del siglo XXI. Sin embargo, nuestro país se disfrazó de progresismo que no es otra cosa que comunismo puro y duro tomándose Latinoamérica”, explicó la dirigente política.
La senadora más votada en las pasadas elecciones legislativas recordó que hace seis meses cayó Chile y hoy ese país ya siente el peso de sus decisiones en la vida cotidiana, su economía y sobre todo en la limitación progresiva de sus libertades.
“Hoy cayó Colombia porque se demostró que el país, después de las elecciones, es diferente por la paradoja que la democracia pueda acabar con ella misma para llevarnos a la instalación de un régimen socialista”, lamentó.
Sin embargo, María Fernanda Cabal afirmó que medio país dijo en las urnas que no está de acuerdo con las propuestas y promesas populistas de Petro y ese medio país necesita y tiene derecho a ser escuchado, además del 48 % del país abstencionista.
No es momento para la claudicación
“Por ello, desde hoy mismo nos declaramos en oposición. Desde hoy mismo convocaré a mis conciudadanos para convertirnos en celosos defensores de la libertad, de pensar distinto, de expresarnos, de emprender, de generar riqueza, de libertad de tener, de progresar, de construir futuro”, manifestó.
La senadora indicó que una etapa difícil de la vida nacional está por empezar. “Debemos prepararnos para enfrentarla con el tesón que demanda la defensa de nuestros principios y valores. Por eso mismo, no es momento para el conformismo ni tampoco para la desesperanza”.
“No es momento para la claudicación porque encontraremos en la ayuda de Dios y en la fortaleza de nuestras convicciones el optimismo necesario y la voluntad firme para ser oír nuestras voces, neutralizar las locuras audaces que afecten la economía de mercado, que afecten la iniciativa privada y el futuro de Colombia y para preservar la libertad y el orden, que son el símbolo de nuestra democracia”, concluyó.
