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Michael José, un hombre de 32 años, que fue adoptado en Dinamarca, se embarcó en una travesía de retorno al municipio de Garzón, con la esperanza de reunirse con su familia biológica.
En 1991, cuando estaba recién nacido, fue abandonado y encontrado por lugareños de la vereda Santa Marta, quienes le brindaron atención y refugio. A los seis meses, una familia danesa le abrió las puertas de su hogar, llevándolo a Dinamarca para ofrecerle una nueva oportunidad.
Ahora, residenciado en Berlín, Alemania, Michael decidió regresar a Colombia con la intención de hallar a su familia biológica, con el apoyo de su familia adoptiva.
El reencuentro programado para el 24 de enero se convierte en un emotivo intento por cerrar el círculo de su origen, sin albergar resentimientos hacia la mujer que, según sus cálculos, podría tener alrededor de 50 años. Michael sostiene que este viaje es impulsado por el deseo de abrazar a la persona que le dio la vida, comprendiendo que las circunstancias pueden haber determinado la difícil decisión de no poder criarle.
