Por: Luis Ernesto Salas Montealegre
En una reciente entrevista con el periódico La Nación, el empresario Felipe Olave Blackburn, destacó una problemática que afecta profundamente a Neiva; la falta de orden, disciplina y autoridad. Según Olave, esta carencia se refleja en actos cotidianos como pasar un semáforo en rojo, un comportamiento que en muchas partes del mundo sería considerado criminal, pero que en Neiva se ha normalizado.
La indisciplina en Neiva no solo se manifiesta en el tráfico, sino en diversos aspectos de la vida diaria. La falta de respeto por las normas y la ausencia de una cultura cívica sólida son evidentes en la manera en que se gestionan los espacios públicos, la basura y el ruido. Esta indisciplina no solo afecta la convivencia, sino que también tiene repercusiones económicas y sociales, ya que desincentiva la inversión y el turismo.
Olave también subraya la falta de apropiación y amor por la ciudad. Muchos habitantes de Neiva no sienten un verdadero compromiso con su entorno, lo que se traduce en un descuido de los espacios públicos y una falta de participación en iniciativas comunitarias. Este desapego impide que la ciudad florezca y se desarrolle de manera sostenible.
La falta de respeto y civismo genera una serie de problemas sociales que van más allá de la simple indisciplina. La inseguridad, la corrupción y la desigualdad son solo algunas de las consecuencias de una sociedad que no valora el orden y la disciplina. Sin un cambio de actitud y una mayor conciencia cívica, estos problemas seguirán afectando a Neiva y al Huila.
Para revertir esta situación, es fundamental fomentar una cultura de respeto y civismo desde la educación básica como el programa de la alcaldía, Neiva te Ama, pero que no quede solo en anuncios bonitos, hasta ahora no se han visto resultados. Las autoridades deben implementar políticas firmes y efectivas que promuevan el cumplimiento de las normas y sancionen adecuadamente las infracciones empezando por las fotos multas. Además, es crucial que los ciudadanos se apropien de su ciudad, participen activamente en su desarrollo y trabajen juntos para mejorarla.
Necesitamos un cambio profundo y urgente en la cultura cívica y nuestro imaginario colectivo, Antanas Mockus logró con su política de zanahoria y garrote una conciencia cultural en Bogotá, pero haciendo cumplir con lo que prometía, al ciudadano serio y responsable se le daban estímulos.
El programa Neiva te Ama debe incluir incentivos individuales y colectivos, estos pueden ser reconocimientos públicos en eventos comunitarios, redes sociales o medios locales; ofrecer descuentos en servicios públicos, transporte, o en establecimientos comerciales locales para aquellos que demuestren un comportamiento cívico ejemplar; también se puede entregar certificados de buen ciudadano o premios simbólicos que puedan ser canjeados por productos o servicios.
Se puede implementar un sistema de puntos donde los ciudadanos acumulen puntos por acciones cívicas, que luego puedan canjear por recompensas como entradas gratuitas o con descuento a eventos culturales, deportivos o recreativos para aquellos que cumplan consistentemente con las normas.
Dar la oportunidad a los ciudadanos ejemplares de participar en comités o grupos de decisión comunitaria, dándoles voz en la mejora de su entorno. Incentivar la participación en programas de voluntariado con beneficios adicionales, como formación gratuita o acceso a recursos comunitarios.
Solo a través del orden, la disciplina y el amor genuino por nuestra ciudad podremos construir un futuro más próspero, seguro y digno para todos. Es hora que cada uno de nosotros asuma la responsabilidad de transformar nuestro entorno y que juntos, como comunidad, hagamos de Neiva un lugar del que podamos estar verdaderamente orgullosos.
