Por: Faiver Eduardo Hoyos Pérez
Opinión
Por estos días es tema de debate la eliminación de la categoría de Mejor Columna de Opinión en el Premio Reynaldo Matiz. Desde luego, un desacierto y una afrenta para quienes, a través de sus columnas de opinión, ejercen periodismo de calidad. Un golpe para todos quienes creemos en la palabra como herramienta de transformación y libertad.
El periodismo es el arte de tener a la ciudadanía informada. Desde los pregoneros de la colonia hasta los cronistas de hoy, nuestra historia está tejida con voces y escritos que se atreven a nombrar, a cuestionar, a revelar. No se necesita una tarjeta para ejercer lo que llevamos en la sangre: el compromiso de contar, de interpretar, de hacer visible lo invisible.
En ese sentido, la Corte Constitucional ha definido que el periodismo es un derecho fundamental, una herramienta de participación democrática que trasciende los límites burocráticos. No se trata de un título ni de reconocimientos; es una vocación. Quienes hoy han decidido eliminar el premio a la Mejor Columna de Opinión han desconocido la historia y la incansable lucha de Reynaldo Matiz frente a la corrupción.
La columna de opinión no nace de la expectativa de un galardón, sino del compromiso ético de informar, de despertar conciencias, de tender puentes entre la realidad y la reflexión. Por lo tanto, creer que se escriben columnas pensando en premios es absurdo. De esta manera, escribo porque siento la necesidad de compartir mi opinión, de develar verdades, de provocar el pensamiento crítico en mis lectores y de sumarme a las voces de rechazo contra esa decisión aprobada en el Concejo de Neiva.
A quienes han tomado la decisión de eliminar esta categoría, les digo que el periodismo de opinión seguirá vivo más allá de sus premios o reconocimientos. Seguiremos escribiendo, cuestionando, revelando, porque nuestra trinchera está en cada línea que construimos, en cada idea que sembramos, en cada lector que despertamos, y no en un incentivo económico. El premio, si alguna vez llega, es apenas un detalle secundario en el camino de un verdadero comunicador.
Mientras en Neiva hay problemas estructurales de fondo por resolver, nuestros concejales están ocupados debatiendo si la columna de opinión hace parte del periodismo. Mientras en Neiva se ha eliminado la categoría al premio de Mejor Columna Reynaldo Matiz, en el mundo la opinión es motivo de reconocimiento. Y aquí seguimos, con la palabra como único escudo, con la tinta como único recurso, recordándoles que el periodismo no se cancela, no se elimina, no se silencia. Sencillamente, resiste.
