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Maira Losada: Cuando el Huila se Siente y se Celebra en Bogotá

Por: Luis Ernesto Salas Montealegre

Opinión

Por años, la Casa Fiscal del Huila en Bogotá fue, para muchos, un edificio más con el escudo del departamento en la puerta. Un sitio apagado, de puertas cerradas y de espíritu ausente. Un lugar donde el Huila estaba… pero no se sentía. Eso cambió.

Hoy, gracias al liderazgo y compromiso de Maira Losada, actual embajadora del Huila en la capital, la Casa Fiscal ha vuelto a latir. Y no con simples actos simbólicos, sino con acciones concretas, con apertura cultural, con aroma a asado huilense, con ritmo de sanjuanero y con orgullo de nuestras raíces.

Este fin de semana, Maira lo volvió a hacer: celebró con altura y sentido de pertenencia el tradicional Sanpedrito en Bogotá, convirtiendo nuevamente a la Casa Fiscal en un epicentro de cultura, alegría e identidad. Un evento que no solo convocó a huilenses residentes en la capital, sino también a bogotanos y turistas que, quizás por primera vez, se acercaron a conocer —y a saborear— lo mejor de nuestra tierra.

Con un enfoque claro en la cultura, la gastronomía y las tradiciones folclóricas, la gestión de Losada ha devuelto al Huila su protagonismo en el corazón político del país. Porque no se trata solo de celebrar, sino de representar. Y Maira ha entendido que representar al Huila es exaltar sus sabores, su música, su talento y, sobre todo, su gente.

Uno de sus logros más recientes y simbólicos es la apertura de “Tierra de Provisión”, una tienda ubicada dentro de la Casa Fiscal que pone en vitrina lo mejor de los productos huilenses: cafés especiales, artesanías, miel, achiras, vinos, arte local y mucho más. Un espacio que, más allá de lo comercial, tiene un profundo sentido de pertenencia y desarrollo económico para los emprendedores de la región.

Y mientras hoy la Casa Fiscal está llena de vida, color y sabor, no se puede ignorar el contraste con gestiones pasadas, marcadas por la indiferencia, el abandono y la desconexión total con el propósito que dio origen a esta sede. Durante años, las comunidades huilenses en Bogotá no encontraron allí apoyo, ni representación, ni siquiera una puerta abierta. El Huila estuvo ausente… hasta ahora.

Maira Losada ha demostrado que sí es posible hacer del servicio público una herramienta de impacto real. Que una embajadora no es solo una figura administrativa, sino una anfitriona de la cultura, una defensora del territorio y una gestora de oportunidades.

Su enfoque humano, su capacidad de gestión, y su apuesta por una representación viva y no burocrática, son un ejemplo de cómo se construye región desde fuera de la región. Hoy, gracias a su trabajo, el Huila no solo está en Bogotá —se ve, se escucha, se huele, se saborea y se celebra.

Ojalá quienes vengan después estén a la altura. Porque el listón —por fin— está donde debe estar.

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