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¿Usted que haría con el estadio?

Por: Faiver Eduardo Hoyos Pérez

Opinión

El tema estadio de Neiva se ha vuelto una película de nunca acabar, dado que una nueva consultoría millonaria cercana a los $3.288 millones de pesos realizada por la Universidad Nacional de Colombia con sede en Manizales, ha concluido lo que ya sabíamos: el Guillermo Plazas Alcid no es seguro. Muy similar al diagnóstico que se dio en el 2014, cuando se pagó $1.820 millones de pesos en su momento por una consultoría que diera luz verde a ese lío.

Entre estudios, reforzamientos fallidos e interventorías, se han dilapidado miles de millones en un estadio que se encuentra en medio de enredos jurídicos y políticos y del que nadie ha querido hacerse responsable. Se volvió común que cada administración desde campaña, utilice el problema del estadio como caballo de batalla, para luego heredar el problema en el poder, estudiarlo, prometer solucionarlo y finalmente dejarle la papa caliente al siguiente mandatario.

Ahora se habla de necesitar $56.000 millones de pesos más para una “recuperación” de la tribuna occidental, que con las inevitables adiciones y sobrecostos, terminaría costando mucho más. Sin embargo, la administración de turno ha demostrado voluntad política al impulsar el proyecto de acuerdo N° 036 de 2025, el cual pretende autorizar al alcalde de Neiva un crédito de endeudamiento por $28.000 millones de pesos más, que ya se aprobó esta semana en primer debate por parte de la Comisión Segunda del Concejo de Neiva y ahora pasará a discusión en segundo debate de plenaria.

Lo cierto es que por primera vez en décadas, vemos una administración que parece decidida a pasar de los estudios eternos a la acción concreta. Con ese eventual crédito aprobado, se completaría lo faltante ya que el Gobernador, Rodrigo Villalba, ha confirmado que la Gobernación del Huila aportará la mitad del dinero de lo que cuestan las obras para recuperar el templo deportivo de los huilenses. Algo muy importante, puesto que como lo mencioné en mi columna anterior “El estadio que merecemos”, apostarle al deporte es una inversión y un escenario deportivo digno trasciende de lo deportivo al desarrollo económico y social.

Mientras en el cabildo municipal algunos concejales que parecen enemigos del deporte empiezan a poner trabas al asunto, el Club Deportivo Atlético Huila se encuentra en su propia carrera de ciclismo, dado que sigue agonizando por etapas. Primero perdió su estadio tras el desplome de 2014, en donde perdieron la vida 4 obreros. Ahora, con las tribunas cerradas al público, se queda sin hinchada. Y como van las cosas, si no hay una solución de fondo con el estadio, probablemente en unos meses nos quedaremos sin equipo.

Recordemos que los actuales dueños del club son ecuatorianos y no tienen ningún arraigo con nuestra tierra, por lo que el conjunto opita solo es una empresa más de su portafolio. Para ellos, Neiva es solo una plaza que dejó de ser rentable y seguramente cuando encuentren una ciudad con mejores condicione$, no dudarán en llevarse nuestra ficha deportiva.

Alejándome de la realidad y fantaseando un poco, si yo tuviera la última potestad en este asunto, plantearía una alternativa que considero más sensata que seguir parcheando lo imparchable, y es la construcción de un estadio completamente nuevo en otro lugar. De acuerdo con algunos estudios, los presupuestos indican que un escenario moderno con estándares mínimos de FIFA para 20 mil personas costaría alrededor de 180 mil millones de pesos, lo cual es menos de lo que terminaríamos gastando en este laberinto de remiendos. Además, un proyecto nuevo permitiría diseñar desde cero una infraestructura moderna, sin las limitaciones que arrastra el actual Guillermo Plazas Alcid.

Y con el estadio reubicado, se debe transformar ese espacio liberado en el parque verde que Neiva necesita. Una gran villa con buenas canchas para el deporte aficionado, pistas de trote, zonas de esparcimiento familiar, el pulmón que nuestra ciudad se merece. Es decir, seguir el ejemplo de las grandes ciudades del mundo, que han sabido convertir sus elefantes blancos en espacios útiles para la comunidad, apostándole no solo al fútbol, sino también a otros deportes que son importantes para nuestra sociedad.

Pero bajándome de esa nube y aterrizando en la realidad neivana, sé que eso no pasará, ya que lo más seguro es que el crédito de endeudamiento se apruebe en el Concejo. Solo espero que esos recursos sean bien administrados, y que el Plazas Alcid finalmente deje de ser una vergüenza nacional. Pero no podemos ser ingenuos, esa será apenas la primera piedra, porque el próximo alcalde (que ya se perfila entre Jorge Andrés Gechem y Héctor Javier), deberá continuar con los arreglos de las tribunas norte, oriental y sur.

Lo que sí resulta imperdonable y no puedo dejar pasar por alto, es la irresponsabilidad de haber permitido el ingreso de más de 6 mil personas al partido contra Junior, cuando desde julio existía un documento técnico advirtiendo sobre los riesgos estructurales. Por fortuna no pasó a mayores, pero ese episodio debe marcar un antes y un después en cómo manejamos la seguridad de los asistentes a eventos públicos. Ahora, con los recursos a punto de aprobarse y la voluntad política alineada entre Alcaldía y Gobernación, esperemos que finalmente las obras del Plazas Alcid dejen de ser promesas de campaña y se conviertan en grúas, cemento y tribunas seguras, porque Neiva lo merece, el Huila lo necesita, y el tiempo de excusas ya se acabó. ¿Usted qué haría con el estadio?

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