Por: Fredy Ernesto Tovar Montenegro
Ha corrido mucha tinta hablando del reciente paro camionero, por un lado, reivindicando las posturas del gremio transportador con su líder coyuntural Henry Cárdenas y su bandera por mantener congelado el precio del diésel conservando vigente el subsidio aprobado en el gobierno Duque hace ya cuatro años que a la fecha a desfinanciado al estado en cerca de 56 billones de pesos, y de otro lado el transportador, chofer o mulero de a pie, incluso el dueño de la turbo o del camión, grupo numeroso de ciudadanos que entienden con claridad la necesidad de descongelar el precio del diésel, pero que tienen muchas desventajas frente a las maneras en que funciona el transporte de carga en Colombia.
El transporte de carga funciona así, las empresas transportadoras buscan directamente la carga en puertos y zonas comerciales; luego a través de la tercerización contratan al mulero, camionero o chofer para que este transporte la carga. En esta mediación la empresa transportista cobra un flete a quien emite la carga y le paga al chofer del camión un precio considerablemente menor al del flete, contratándolo sin las condiciones mínimas e incluso de ley, como el pago de salud, pensión y seguridad social.
Ante la inminente necesidad que tiene el gobierno de descongelar el precio del ACPM, el argumento de los multimillonarios propietarios de la mayoría de empresas agremiadas era que los costos se iban a incrementar y por consiguiente el transportador se vería afectado pues le quedaría menos dinero, argumento con el que obligaron a muchos muleros a entrar en el paro.
La ministra de Transporte Constanza García, de Trabajo Gloria Inés Ramírez, el ministro de Hacienda Ricardo Bonilla y de Minas y Energía Andrés Camacho, lideraron el escenario de concertación y de diálogo social, no sin antes darle protagonismo, voz y voto a los representantes, ya no de las empresas transportadoras solamente, sino de los muleros tercerizados. Con este nuevo escenario, se rompe la tradición en la que los acuerdos que se construían con el gobierno de turno, respondían a los intereses de los dueños del transporte de carga en Colombia, y dejaban por fuera al histórico damnificado de este renglón de la economía, el pequeño transportador o mulero.
La motivación inicial del paro camionero, se convirtió en uno de los puntos más rápidos y fáciles de resolver; el transporte de carga pagará un incremento de $400 pesos en el precio del Diésel a partir del levantamiento del paro y en diciembre se repetirá la misma suma, para un total de $800 pesos de incremento en este año. En paralelo, El Gobierno del Cambio, realizó algunas propuestas que serán trabajados gradualmente en las mesas técnicas de concertación que quedaron establecidas como parte de los acuerdos para levantar el paro.
Las propuestas hechas por el gobierno Petro son las siguientes: 1. Hacer una regulación obligatoria de los pagos que hagan las empresas intermediarias de carga a los camioneros, para garantizar su aproximación a los fletes. 2. Se evaluará el uso de una plataforma pública intermediaria de carga para mejorar los ingresos del camionero, regulando así el monopolio que tienen las empresas intermediarias. 3. El ministerio de Hacienda dispondrá recursos provenientes de Ecopetrol para el salto tecnológico de los camiones. 4. El recambio de camiones en la chatarrización se hará uno a uno evitando el aumento excesivo de la flota transportadora; algunas empresas se aprovechaban de este recambio para incrementar sus flotas. 5. De las tres mil empresas intermediarias de carga se ha encontrado que más de mil han explotado a los camioneros separando abismalmente el precio del flete que cobran al generador de la carga frente al precio que le pagan al camionero que lleva la carga, estas empresas serán investigadas por la superintendencia y la DIAN. 7. El precio del Diésel subirá gradualmente de acuerdo al cumplimiento de estas normas de protección al pequeño camionero. Estas medidas son las que realmente van a mejorar las condiciones laborales del pequeño camionero, quien es realmente el que sostiene el transporte de carga.
Sin el uso de la fuerza pública, respetando el dialogo social, el paro camionero tuvo una duración record de 4 días a diferencia del paro camionero de 50 días al gobierno Duque, fuertemente reprimido por la fuerza pública o al paro de 45 días en el gobierno Santos. Una vez más el Gobierno del Cambio demuestra su disposición para tomar decisiones a partir de la concertación y el diálogo social.
Podemos decir que en este paro de los empresarios del transporte de carga, fueron por lana y salieron trasquilados.
