SALUD
Hoy se conmemora el Día Internacional del Autocuidado, una fecha establecida en 2011 por la Federación Global del Autocuidado con el objetivo de promover la conciencia sobre la importancia de cuidar la salud las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Esta conmemoración subraya la necesidad de adoptar prácticas saludables que contribuyan al bienestar integral de las personas y ayuden a prevenir y manejar enfermedades.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el autocuidado como “la capacidad de las personas, familias y comunidades para promover y mantener la salud, prevenir enfermedades y hacer frente a enfermedades y discapacidades con o sin el apoyo de un trabajador de la salud”. En este contexto, la Federación Global del Autocuidado destaca que el autocuidado implica acciones realizadas por individuos para cuidar su propia salud, utilizando los conocimientos y la información a su disposición, en colaboración con profesionales de la salud según sea necesario.
El autocuidado abarca diversas prácticas preventivas, como mantener una buena higiene corporal y dental, llevar una alimentación equilibrada, realizar actividad física acorde a la edad y contextura física de cada persona, dormir las horas necesarias, no fumar y cuidar la salud mental. Además, incluye conductas directas sobre el control de la salud, como visitar periódicamente al médico, realizarse estudios indicados por profesionales y tomar decisiones para el manejo de malestares pasajeros que pueden ser autoadministrados con medicamentos de venta libre.
El acceso a estos fármacos permite a las personas gestionar malestares leves o dolencias comunes sin la necesidad de consultar a un profesional de salud, como es el caso de la pediculosis, el dolor menstrual, la cefalea y el pie de atleta. Según la OMS, el autocuidado, como complemento del sistema de salud, puede avanzar en el derecho a la salud y en la reducción de las desigualdades.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) resalta que los sistemas de salud deben adaptarse y evolucionar para satisfacer las necesidades de salud diferenciadas de la población, especialmente en personas en situación de vulnerabilidad. Desde la pandemia de COVID-19, se ha evidenciado la importancia de una respuesta coordinada a nivel mundial para atender la salud y las enfermedades no transmisibles.
