Por: Andrés Calderón.
Para hablar de ética necesariamente debemos referirnos primero a la moral, este conjunto de reglas o comportamientos socialmente permitidos que buscan regular nuestras vidas. Cuando hablamos de moral, no podemos hacerlo de una forma general, como si existiera un manual definido para todos, como si todas la sociedades fueran iguales, a esto es a lo que refiere la profesora Adela Cortina en su ensayo sobre una ética mínima que busca encontrar una serie de principios universales para el entendimiento y el respeto entre culturas, para promover la convivencia, o sea, una especie de lenguaje universal del hombre, entendiendo que existen una serie de costumbres y comportamientos definidos por la historia que diferencian los pueblos y que deben ser respetadas.
En palabras de la profesora Adela: “la ética, pues, a diferencia de la moral, tiene que ocuparse de lo moral en su especificidad, sin limitarse a una moral determinada” esto significa tener una mirada amplia, flexible y reflexiva acerca de nuestro comportamiento.
¿Pero qué hace necesaria la formación ética en las carreas profesionales y de posgrado?, ¿por qué su ausencia como factor importante en los pensum de educación superior? Para responder estas preguntas es necesario reflexionar acerca del comportamiento profesional en distintas disciplinas, sin discriminar entre lo público y lo privado, pues tenemos claro que la corrupción, una de las principales consecuencias de la ausencia de formación ética por ausencia de las humanidades en las carreras profesionales, encuentra hacedero en todas partes, con mucha censura mediática pero pocas acciones desde la justicia, los entes de control disciplinarios de los servidores públicos y profesionales.
Para citar algunos ejemplos, podemos referirnos a casos de corrupción sonados en lo público y lo privado por diferentes estructuras políticas, de centro, derecha e izquierda, llenos de profesionales en todas las áreas, en el derecho, la economía, las ingenierías, etcétera.
Tenemos el caso de la avenida 26 en Bogotá que condeno a la cárcel al alcalde Moreno del partido Polo Democrático quien allí murió, a concejales de Cambio Radical y contratistas. El caso de Odebrecht fue el más notorio en el gobierno que lideró el partido político de La U en cabeza de Juan Manuel Santos, en este caso la multinacional brasilera soborno funcionarios en varios países para hacerse los contratos de obra civil y aquí tiene comprometidos a exministros, un exfiscal general, expresidente, senadores y ya cobro la vida de dos testigos, padre e hijo; el caso aún no se resuelve. La modernización de la refinería de Cartagena REFICAR tuvo hallazgos fiscales por más de 3 billones de pesos, lo equivalente a tres años de presupuesto de ingresos de una ciudad como Neiva.
Recientemente se destapo el escándalo de corrupción de la UNGRD por compra de carrotanques para la Guajira en el que están involucrados además de su subdirector Sneyder Pinilla quien es de la casa política Aguilar en Santander, su director Olmedo López quien viene del Pacto Histórico, partido del presidente de la República.
El escándalo de la UNGRD también toco al presidente del congreso que es del partido Verde y el presidente de la cámara de representantes quien es del partido Liberal y los sobrecostos de estos camiones pueden equivaler al valor del presupuesto de ingresos propios de un municipio como Palermo.
Desde lo privado tal vez el más desastroso caso de corrupción con manejo de recursos públicos son las EPS, pero también hay ejemplos como el INTERBOLSA S.A la comisionista de bolsa que estafo a más de mil personas.
No es mi intensión endilgar toda la responsabilidad a los claustros universitarios y decir que es un problema exclusivo de educación profesional, este es un escenario que como espiral recoge responsabilidades de distintos orígenes, desde la educación primaria hasta los escenarios familiares, del mismo estado por su incompetencia para prevenir, investigar y juzgar.
Sin embargo y enfocándonos únicamente en el aspecto formativo de la universidad que juega un papel importante del aspecto ético en la persona, que forma en buena medida a nuestro gobernantes y líderes empresariales, Ingenieros, abogados, médicos, economistas, militares y muchas más carreras profesionales, podemos decir que la universidad en Colombia fracasa diariamente en su proceso educativo que más bien debe ser formativo, de ciudadanos y profesionales no solo hábiles en las ciencias fácticas sino también para la convivencia.
La ética debería ser principio rector de la educación, debería ser transversal a toda formación profesional, convirtiéndose en eje estructurante de cualquier programa, así como tal vez la matemática elemental o aritmética, de esta forma se convertiría también en principio rector de nuestra sociedad, con profesionales que entiendan la necesidad de vivir dentro de los límites del respeto hacia los demás, practicando unas reglas de juego socialmente aceptadas por todas y todos para poder convivir.
El tecnicismo y las conveniencias están superando el día de hoy la reflexión acerca del porqué y para qué de nuestros estudios, la filosofía, sociología, Arte, historia o lenguaje poco se quieren estudiar. Si se pregunta a un joven en cualquier parte del país que desea estudiar y el porqué, este responde que estudiara lo que de plata, la utilidad de la profesión se mide solo en pesos no en vocación de servicio o preferencias por el simple gusto y puede ser entendible si se observa desde la desigual, en un país donde las oportunidades se ven limitadas al marco de las influencias políticas o las posibilidades de huir a otros países.
Siendo el hombre un ser social, nuestro desarrollo ha llegado a los limites que conocemos gracias nuestra organización como naciones o sociedades, por lo tanto, respetar los lineamientos que esta vida en conjunto nos exige, la ley. Tienen una gran misión los centros de pensamiento en este escenario, formar personas antes que profesionales de una materia, para qué pueda entenderse también desde la perspectiva del servicio, y para ello es importante que las humanidades que anidan el pensamiento crítico y la ética sean factor integral de sus programas.
