Redacción La Última
Los tramites y los permisos que requieren los pacientes de las diferentes EPS, para que les sean autorizados tratamientos, cirugías y hasta la entrega de medicamentos rayan con la realidad, hasta convertirse en gestiones inhumanas que no tienen nada que ver con los eslogan de campaña, donde predican la calidad que merecen los usuarios.
Es la difícil historia de Jaydy Moyano, su hijo tiene 35 años, es una persona especial, sorda y muda, el pasado 14 de marzo en área rural de Gigante Huila, sufrió un accidente, un muro de la vivienda donde reside le cayó encima y le fracturó ambas piernas, incluida la cadera, de inmediato recibió las primeras atenciones en la población cacaotera y posteriormente remitido a la Clínica Medilaser de Neiva.
Al no tener Medilaser convenio con la EPS Sanitas fue remitido al hospital Universitario de Neiva, allí cumplió nueve días sin recibir la atención necesaria, porque el hospital tampoco tiene convenio con la empresa prestadora salud, mientras tanto, según la progenitora del paciente, solo le aplicaron morfina, tramadol para controlarle el dolor y la EPS Sanitas no respondía al auxilio del paciente.
“Yo pienso que esto es un muy mal servicio, donde estas la calidad humana con estos pacientes con discapacidad, mi niño lleva nueve días, no come, no puede dormir, viéndolo sufrir de esa manera, no hay derecho”, aseguró su progenitora.
Sanitas por fin autorizó
Después de nueve días, hoy miércoles 22 de marzo, la EPS Sanitas autorizó al hospital Universitario para que le adelante la cirugía que requiere el paciente, un ortopedista valoró esta mañana al paciente y ordenó programarle para mañana la intervención quirúrgica por fractura de cadera y femur de ambas piernas.
La pregunta es porque las autorizaciones que las EPS deben tramitar se demoran tanto, poniendo en riesgo, en muchas oportunidades, la vida de los pacientes, o que tengan que ser sometidos a una larga espera o negligencia administrativa, como el caso del hijo de Yeydy Moyano, quien durante nueve días tuvo que soportar el dolor de una fractura de cadera y piernas, mientras la entidad prestadora autoriza la cirugía. No hay derecho.
