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Después de 13 años de silencio, ausencia e incertidumbre, la familia de Martín Emilio García Fuentes, nacido en Puerto Lleras (Meta), pudo recibir su cuerpo en un acto íntimo de entrega digna, acompañado por la Jurisdicción Especial para la Paz, el pasado 27 de noviembre, en su municipio de origen.
Aunque la identidad de Martín Emilio había sido confirmada por la Registraduría Nacional desde el 22 de agosto de 2012, nunca hubo comunicación con la familia y su cuerpo permaneció como “cuerpo identificado no entregado”, en el Cementerio Central de Neiva, durante más de una década.
Martín Emilio murió el 15 de agosto de 2012 en zona rural de Tello, Huila, y fue inhumado el 17 de octubre de ese mismo año en la bóveda 213, del Monumento 14, en el Cementerio Central de Neiva, una estructura construida para albergar cuerpos no identificados o no reclamados. Con el paso del tiempo, este lugar se convirtió en uno de los puntos más representativos del país para la búsqueda de personas desaparecidas: sus 156 bóvedas contenían inhumaciones precarias, bolsas plásticas, cuerpos mezclados y condiciones que no garantizaban la dignidad ni la preservación forense. Para muchas familias buscadoras, el Monumento 14 fue, durante años, un espacio de duelo suspendido y de memoria viva.
La intervención humanitaria de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), en el Cementerio Central de Neiva, permitió recuperar el cuerpo de Martín Emilio el 21 de febrero de 2024, durante la primera fase de acciones orientadas a proteger áreas de interés forense donde reposaban cuerpos de personas posiblemente desaparecidas en el contexto del conflicto armado. Ese día, el equipo técnico realizó una verificación forense en el lugar, contrastando la información disponible y corroborando plenamente la identidad de Martín.
Esta recuperación hace parte de las medidas cautelares adoptadas por la JEP tras evidenciar graves irregularidades en este cementerio de Neiva, entre ellas, alteraciones en sepulturas, pérdida de trazabilidad y el uso inadecuado del Monumento 14. Ante el riesgo real de pérdida o deterioro de cuerpos identificados —como el de Martín Emilio—, la Jurisdicción reabrió el trámite de protección y ordenó una inspección integral al camposanto.
Los informes técnicos derivados de esta inspección identificaron 15 puntos de interés forense, fallas estructurales y riesgos que exigían medidas urgentes. Con base en estos hallazgos, la JEP definió las pautas que permitieron planear la intervención parcial del Monumento 14, en 2024, con apoyo técnico de la UBPD y la adecuación de osarios por parte de la Alcaldía de Neiva. Fue precisamente en este proceso de recuperación y clasificación técnica que el cuerpo de Martín Emilio pudo ser rescatado, preservado y trasladado bajo custodia institucional.
Una vez resguardado el cuerpo de Martín, su caso entró en una nueva fase: el 14 de mayo de 2025 fue incorporado a la plataforma de la estrategia de Búsqueda Inversa, desarrollada por la UBPD, la JEP y Medicina Legal. La difusión de los datos de Martín Emilio generada por esta herramienta permitió que, el 19 de junio, sus familiares reconocieran a su ser querido, se comunicaran con la línea de atención ciudadana y fueran registrados como personas buscadoras. Ese primer contacto abrió finalmente el camino para su retorno al territorio y hacia la verdad que su familia había esperado durante más de una década.
El cuerpo de Martín fue trasladado el 19 de septiembre a Meta, donde permaneció bajo custodia del Grupo Interno de Trabajo Territorial de la UBPD, mientras avanzaban los preparativos para la entrega digna. La familia solicitó que la ceremonia se realizara en Puerto Lleras, su lugar de origen, y pidió que fuera un espacio íntimo, en reconocimiento al carácter profundamente personal del duelo y de la espera que habían sostenido.
La entrega digna es un acto restaurativo que permite restituir la dignidad de la persona fallecida y de su familia. En el caso de Martín Emilio, cerrar este ciclo significó poner fin a un periodo marcado por la falta de información, la distancia con el lugar de inhumación y la ausencia de respuestas durante tantos años. El retorno a su territorio natal no solo repara, en la medida de lo posible, una herida abierta, sino que también reafirma la responsabilidad del Estado de garantizar que ninguna persona plenamente identificada permanezca sin ser entregada a sus seres queridos.
Este proceso en particular también evidencia la importancia de intervenir cementerios como el Monumento 14, donde reposaban más cuerpos que podrían corresponder a personas desaparecidas a causa del conflicto armado. El hallazgo de cuerpos inhumados en condiciones precarias, mezclados o con elementos deteriorados demostró la urgencia de estas intervenciones y el valor de la articulación entre equipos forenses, entidades del Sistema Integral y comparecientes que hoy apoyan la búsqueda.
La JEP reitera su compromiso de acompañar a las familias buscadoras, fortalecer las medidas de protección en cementerios del país y avanzar en procesos restaurativos que permitan esclarecer la verdad de lo ocurrido y devolver dignidad a cada persona desaparecida. La entrega de Martín Emilio García Fuentes es un recordatorio de que la búsqueda continúa y de que cada familia merece respuestas, verdad y la posibilidad de despedirse en paz.
A corte del 1 de diciembre de 2025, y como resultado de las medidas cautelares adoptadas por la Sección de Ausencia de Reconocimiento de Verdad y Responsabilidad de la JEP, se han exhumado 1.916 cuerpos, se han identificado 236 y se han realizado 142 entregas dignas en el país. Estas cifras reflejan la magnitud del esfuerzo institucional por proteger los derechos de las víctimas de desaparición forzada, avanzar en su esclarecimiento y acompañar a las familias en su derecho a la verdad y la dignificación.
