Actualidad
El departamento del Huila enfrenta una situación cada vez más preocupante en términos de violencia y seguridad, que refleja una escalada de los conflictos armados y la vulnerabilidad de las comunidades locales.
Desde la firma del acuerdo de paz en 2016, se ha registrado un incremento significativo en los actos de violencia en esta región. Según datos del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), el Huila ha sido escenario de 13 masacres en este período, resultando en un total de 50 víctimas fatales. Este panorama ha tenido como epicentro los municipios de Algeciras y Pitalito, aunque la violencia ha alcanzado a otros municipios como Neiva, Campoalegre, Garzón, La Plata y, más recientemente, Hobo, que también han experimentado este tipo de crímenes atroces.
Las causas de esta violencia se encuentran en la disputa territorial entre grupos armados que han surgido o se han reorganizado tras la desmovilización de las FARC. Entre estos, las disidencias del Estado Mayor Central (EMC) y los miembros de la Segunda Marquetalia se destacan por su actividad en la región, generando un clima de inseguridad y temor entre los habitantes. Estas organizaciones han impuesto su control en diversas zonas, afectando la vida cotidiana de las comunidades. El confinamiento forzado de la población, las amenazas constantes a líderes sociales y comunitarios, y la limitación de la movilidad son solo algunas de las consecuencias directas de la presencia de estos grupos armados.
El año 2024 ha sido particularmente violento para el Huila, con tres masacres ya registradas en lo que va del año. Este número es notablemente superior al de 2023, cuando se documentaron dos masacres, y al de 2022, un año en el que no se reportaron eventos de este tipo. Esta tendencia al alza es un indicador alarmante del deterioro de la seguridad en el departamento, lo que ha generado preocupación tanto a nivel local como nacional.
Pero la violencia en el Huila no solo se manifiesta en el aumento de masacres. Otra faceta preocupante es el asesinato de firmantes del acuerdo de paz, que refleja la fragilidad de la implementación del proceso de reconciliación en la región. Hasta la fecha, 18 excombatientes que firmaron el acuerdo de paz han sido asesinados en el Huila.
