Redacción La Última
Al ser legalizados, los asentamientos tienen la posibilidad de ser tenidos en cuenta para proyectos de acceso a vías, servicios públicos, entre otros. Aunque en algunos predios la mayoría cuentan con algunos servicios públicos y pagan por ellos, pero no están legalizados.
Hace 22 años Griselda Ortiz junto a sus dos hijas llegaron huyendo de la violencia, el único sitio que las arropó fue un lote baldío, sin servicios ni tampoco vías, está ubicado en el oriente de Neiva, mas ‘adentro’ del barrio Las Palmas, Comuna 10, una zona que comenzaba a poblarse de manera vertiginosa y desorganizada, y en un momento en que el país vivía una de las épocas más violentas en la historia armada de Colombia.
Junto a ella, otra familia vivía el mismo drama, la de don Marino Calderón, los problemas eran otros, pero la necesidad era la misma, no tenía un techo donde vivir para proteger a su familia, entregado a la suerte llegó también a ese lote, para empezar de nuevo un camino que, la violencia les arrebató.
Allí, los ‘invasores’, como son llamados, arman sus cambuches con plásticos negros, costales verdes y pedazos de madera o cartón. “No tenemos dónde estar, nuestros hijos necesitan un techo”, es el reclamó de cada padre de familia o una madre cabeza de hogar y asumiendo sin pensarlo en cuidar ahora “su porción” de tierra.
La escena se repite en cada punto cardinal de la ciudad, en las denominadas goteras, para las administraciones locales esta problemática se salió de control, familias sin empleo, otras sin ingresos seguros y una adolescencia sin estudiar y sin trabajar , un caldo de cultivo para la delincuencia.
Con los años fueron haciendo las ‘mejoras’, del cambuche al rancho, los materiales iban cambiando del cartón y la madera a los ladrillos, pero todas, sin la prestación de los servicios públicos como agua, luz y gas , lo mínimo para poder llevar una vida digna.
Los asentamientos se volvieron una bomba de tiempo en las cabeceras municipales, ningún casco urbano del país escapó a la invasión ilegal de predios públicos o privados y a veces, en zonas de alto riesgo. No había forma de desalojarlos, de lo contrario se tomarían a la fuerza otro terreno. Sin contar con las bandas dedicadas a la venta de lotes ilegales.
En la capital del Huila, según la administración municipal, existen 117 asentamientos sin legalizar a lo largo y ancho del municipio. Estos asentamientos llevan entre 20 y 30 años conformados, y sin poder acceder a inversiones que mejoren la calidad de vida de las familias.
Gorky Muñoz alcalde de Neiva, dijo que ninguna administración puede escapar a esa realidad, que en lugar de las retaliaciones, toca tomar el camino de diseñar y de aprobar planos urbanísticos y expedir la reglamentación que apruebe su legalización, implica que esos predios sean incorporados al perímetro urbano y la puesta en marcha de la instalación de servicios públicos básicos.
Camino al sueño
Griselda Ortiz y Marino Calderón se acostumbraron a vivir así, se cansaron de escuchar promesas, el sueño de tener un lote propio se esfumaba cada día mas con el paso del tiempo; pero llego lo inesperado, junto a 16 familias más, recibieron las resoluciones de reconocimiento de edificación del asentamiento hoy llamado, después de dos décadas, Palmas II y ese sueño frustrado se hizo realidad.
“Me siento muy feliz y contenta por haber salido lo que uno menos esperaba y que llegó, después de tanto tiempo que estamos viviendo ahí, 22 años y no teníamos esperanzas de nada. Al Alcalde que el señor lo guarde en todo momento y en todo lugar, porque es lo que hay que desearle a las personas que se preocupan por los demás y él es muy conocido del barrio, estoy muy feliz y contenta gracias a Dios”, manifestó Griselda Ortiz Guzmán, habitante del asentamiento Palmas II.
Cabe resaltar que este proceso es un servicio que la Alcaldía está prestando a cero pesos, como iniciativa de la alcaldía, les ahorra cerca de 5 millones a cada propietario, si lo hace a través de una curaduría.
Además las familias beneficiadas han logrado la licencia, también tendrán la posibilidad de postularse y acceder a programas sociales de mejoramiento de vivienda, subsidios, entre otros.
El documento se está entregando además con cinco planos, el acto administrativo y el diagnóstico con toda la información, cuando llegue la titularidad del predio podrán unificar esas escrituras para que les quede también, ante la Oficina de Registro donde tenga el reconocimiento de las construcciones.
Se estima para lo que resta del año, entregar un total de 60 reconocimientos o más, donde los ciudadanos puedan contar con la dicha de mejorar sus condiciones de vida convertirse en propietarios y dejar atrás esa sombra de invasores.
