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Falleció Isauro Vargas Pastrana, un pilar de la cultura y las raíces folclóricas. Nacido en 1922, este virtuoso bailarín se convirtió en un ícono del Bambuco Tradicional y el Sanjuanero Huilense, dejando una huella imborrable en Neiva, su amada ciudad.
Con cada paso de baile, Isauro tejía historias de tradición y alegría. Este 25 de diciembre, celebraría sus 101 años, pero el destino tenía otros planes. Su partida deja un vacío en el corazón de quienes lo conocieron y admiraron.
Mañana, domingo 10 de diciembre, las puertas de la iglesia San Judas Tadeo del barrio Las Granjas se abrirán para despedir a este maestro de la danza. La sala 203 de Los Olivos será testigo de su velación, mientras que sus restos reposarán en el cementerio Jardines El Paraíso, como una ofrenda a la tierra que vio florecer su arte.
Isauro no solo era un bailarín excepcional, sino también el precursor de las fiestas sampedrinas en Neiva. Su espíritu festivo y su amor inquebrantable hacia las tradiciones folclóricas iluminaron las calles de la ciudad durante décadas.
Durante su ejercicio como bailarín, guió a más de una docena de reinas hacia la conquista de la corona, combinando su trabajo diario con la pasión por el arte.
Cada año, como un ritual sagrado, Isauro dedicaba tiempo a alistar con esmero sus trajes del Sanjuanero y del Bambuco. Su destreza se reflejaba en el escenario, y en la meticulosidad con la que diseñaba cada detalle de su indumentaria.
Con cariño y respeto, la comunidad lo conocía como “El Rey del Bambuco”. Este título honraba sus habilidades como bailarín, y también su contribución invaluable a la preservación de las tradiciones culturales.
Mientras Neiva se prepara para despedir a un gigante de la danza, el eco de sus pasos resonará eternamente en las festividades y las memorias de quienes tuvieron el privilegio de compartir la pista de baile con Isauro Vargas Pastrana, el inmortal Rey del Bambuco.
