Por: Fredy Ernesto Tovar Montenegro
Aunque en palacio las voces coequiperas del gabinete afirman respetar la autonomía y las decisiones del Presidente, no es un secreto que al menos seis de sus ministros e incluso la vicepresidenta denotan una actitud de inconformismo con el nombramiento de Benedetti como asesor de presidencia grado tres, con un contrato no tan jugoso, pero con un poder que hoy no es claro donde tiene sus límites.
Y es que no es para menos pues el regreso del político de dudosa reputación, después de un tiempo en exilio diplomático y de auto reconocer adicciones a algunas sustancias psicoactivas, pone en tela de juicio su presencia en un proyecto político cuyas banderas se han levantado en defensa de la ética por lo público, escenario donde Benedetti es el claro anti ejemplo.
Si bien el personaje tiene experticia probada en las lides meramente electoreras, su participación en la campaña ganadora de Petro en las pasadas elecciones, sumó a los aprietos en los que el gerente de campaña y su equipo se han visto enredados con el tema de los topes volados ante el CNE.
De otro lado, la decisión de nombrar como gestores de paz a 18 exjefes paramilitares, con prontuarios de violaciones flagrantes a los derechos humanos entre las que se cuentan múltiples asesinatos, violaciones y abusos sexual a menores, ha sido leído por varios sectores de la sociedad como una burla directa a las víctimas, ya que este nombramiento incluye una cantidad de prebendas y beneficios para este grupo de ex paramilitares.
Y es que la relación de los delitos cometidos por los 18 nuevos gestores y los beneficios que tienen con esta condición, no se compensa desde ningún punto de vista.
Como integrantes de este selecto grupo de paramilitares esta Jorge 40 con más de 600 crímenes directos, Martin Llanos con cerca de 10 mil delitos bajo su responsabilidad y quizás la tapa es Hernán Giraldo mas conocido como “taladro” justamente por su prontuario con mas de 500 episodios de abuso sexual a menores de edad. La pregunta que cabe en este caso, es que puede aportar Taladro a este proceso de construcción de la Paz total.
Por último y como dice la filosofía popular, aparecieron las llaves en lo que respecta a las razones por las cuales el grupo PRISA media tomó el control del canal público Canal Uno, sacando del aire al prestigioso noticiero CM&, así como a otros programas de análisis y opinión política.
Debemos visibilizar que Prisa media es un conglomerado extranjero de medios de comunicación radiales como W Radio, Las 40 Principales y Caracol radio entre otros.
Al ser emisoras de señal FM su alcance es muy limitado y queda un importante territorio por fuera de la señal. Lo contrario sucede con el canal UNO, que, por su condición de público, llega a todos los rincones del territorio nacional, a través de la televisión digital terrestre.
Al permitírsele tomar el control del Canal UNO, sus contenidos radiales comenzaron a llegar a todos los rincones de Colombia. Dicho de otra manera, esta situación es la evidente explotación de un recurso público que responde a los intereses de un conglomerado extranjero.
El hecho se da a precio de huevo, pues el grupo PRISA no ha comprado un nuevo espacio electromagnético, sino que esta usufructuando la infraestructura que ha sido instalada con recursos públicos.
La gran pregunta es cómo el ministro Mauricio Lizcano quien debía proteger la soberanía del canal y los intereses del Estado colombiano, no se percató, no escucho y casi que su actitud pasiva es cómplice del negociado para el control extranjero del canal UNO.
SI bien es cierto que Petro está moviendo el tablero político para consolidar un proyecto que le dé continuidad al gobierno progresista que él representa, debe tener más cuidado con sus “alcaldadas” pues el efecto bumerang de las mismas puede ser muy perjudicial para alcanzar nuevamente la victoria.