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Petro nos recordó el significado de la palabra dignidad

Por: Andrés Calderón



La dignidad es un concepto que parece muchos no entienden en este país y creo que quienes más evidencian el problema son los líderes políticos de derecha y sus medios de comunicación adjuntos, aunque puede ser de apariencia. Este fin de semana que acaba de pasar, quedó más que evidenciada esta idea con las reacciones que se masificaron en redes, por supuesto en pro y en contra, de la postura del presidente Petro frente a las deportaciones indignas de connacionales desde los Estados Unidos.

La postura del presidente que, es clara, parece para muchos no lo fue, por supuesto unos obedeciendo a intereses políticos porque andan en campaña y no les importa que el país esté bien, sino solo que a Petro le vaya mal para poder fortalecer sus aspiraciones de poder, logran convencer a muchos otros, a sus seguidores, de que aquí en este asunto de relaciones de poder, la diplomacia y la dignidad nada tienen que ver, en cambio la economía lo es todo.

Y es que es precisamente el poder económico sobre la dignidad humana, la justicia y la democracia, lo que lidera Trump, y lo dijo con claridad hace poco Irene Montero, quien es diputada española de parlamento europeo, al presidente estadounidense lo rodean una banda de super ricos que para nada son locos, sino más bien hijos sanos de un sistema neoliberal que está destruyendo la vida y el planeta, un grupo de multimillonarios que pueden vivir por encima de la ley y decidir el destino de la humanidad. Estos super ricos controlan buena parte del mercado tecnológico, de la internet y todas sus “virtudes” que son las redes sociales, grandes medios de comunicación, ventas en línea, finanzas, datos, etcétera.

Con su posesión en el poder de la nación más poderosa del mundo, por lo menos en el aspecto bélico porque china parece ser ya le supera en muchas cosas, estos super ricos, dentro de los que está el mismo Trump que recuerden es un multimillonario hijo de migrante, no político, aspiran a fortalecer el orden mundial ya establecido con una mirada despectiva hacia América Latina como siempre la han tenido, pero que hoy más que nunca evidencian, ven nuestra tierra como un subcontinente suyo donde pululan solo migrantes y abundan los recursos naturales. La batuta de estos nuevos dueños del poder es “América para los americanos”, pero se les olvida que son precisamente las migraciones las que han forjado su carácter y su desarrollo. A esta consigna nacionalista y radical, que podríamos llamar también ultraconservadora y ultraderechista, se suman una fuerte postura homofóbica y antidemocrática (ya vieron que indultó la turba rabiosa que se tomó el parlamento por haber perdido las elecciones y además despidió a funcionarios que le investigaron).

Trump para nada es un buen tipo, es un mojigato mitómano, que recuerden ustedes apenas el año pasado fue condenado en el estado de Nueva York por 37 delitos, un juicio histórico que lo convirtió en el primer presidente de los Estados Unidos en ser condenado en un juicio penal, la razón, pagó a una actriz porno para que esta no revelara en campaña los detalles de su encuentro sexual con ella.

Con la declaración del fin de semana, muy a su estilo autoritario, en el que dijo retirar las visas a miembros del gabinete colombiano, suspender la expedición de nuevas visas y subir aranceles, claramente Trump quiso doblegar el estado colombiano, pisotear su dignidad, o sea, su autonomía, el derecho a decidir su destino, su soberanía – ya lo dijo alguna vez el maestro liberal y académico colombiano Carlos Gaviria: “la soberanía es para los países, lo que la dignidad es para las personas” – Ser dignos no es otra cosa que ser libres, poder pertenecer y ser respetados. Lo dice la Constitución Política de Colombia en su primer artículo, y miren la importancia, define a Colombia como un Estado social de derecho organizado en forma de república unitaria… fundada en el respeto a la DIGNIDAD humana…

Dijo esta semana claramente la senadora María José Pizarro, aquí lo que hay es una revancha ideológica, que claro, empezó mucho antes, con el discurso en campaña y luego el desplante al presidente Petro en ceremonia de posesión. Con tintes de dictador, como Maduro, Trump ha querido imponer su autoritarismo también en América Latina, sin embargo, y repito las palabras de un amigo en su red social estos días: “un pequeño, pero muy significativo baño de dignidad nos dimos el domingo y bastante falta que hacía”, algo que Trump no vio venir. Petro recordó el significado de esta palabra a los colombianos, y aunque con falta de diplomacia, le sobraron razones. Petro quedará en la historia como el presidente que antepuso a el poder económico gringo la dignidad humana y la soberanía de su país, un verdadero presidente.

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