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Depresión: El enemigo invisible

Por: Jorge García Quiroga Licenciado en Educación Física y Magister en Administración de Empresas

Opinión

La depresión no distingue sexo, raza o clase social. Puede afectar a cualquier persona, incluso en el mejor momento de su vida. Sin embargo, muchas veces se disfraza bajo la apariencia de una tristeza pasajera, lo que impide que se reconozca y se busque ayuda. En muchas regiones, no se acude a profesionales porque, erróneamente, nos han enseñado que la depresión “no es cosa de hombres”. En una sociedad marcada por el machismo, a los hombres se les inculcó que no deben mostrar fragilidad, que la tristeza es sinónimo de debilidad, cuando en realidad es una señal de que algo necesita ser sanado.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 3.8% de la población mundial padece depresión, pero en Colombia la cifra es aún mayor, alcanzando el 4.7%. Esto significa que cerca de 2.5 millones de colombianos sufren esta condición. A pesar de la magnitud del problema, el acceso a atención especializada sigue siendo deficiente. De acuerdo con el Observatorio Nacional de Salud, solo el 20% de las personas diagnosticadas con trastorno de depresión mayor recibe atención especializada, y apenas uno de cada diez colombianos en esta condición accede a un tratamiento adecuado.

El impacto de la depresión se refleja en el preocupante aumento de la tasa de suicidios en el país. Según la Procuraduría General de la Nación, entre enero y julio de 2023, los casos de suicidio aumentaron un 15.73% en comparación con el mismo período de 2022, pasando de 1.564 a 1.810 casos. Muchos de estos casos están relacionados con trastornos de salud mental no diagnosticados o no tratados a tiempo.

Uno de los mayores desafíos en Colombia es la limitada capacidad del sistema de salud para atender los casos de depresión. Entre enero y mayo de 2023, se registraron más de 1.5 millones de personas con enfermedades mentales, pero solo 619.488 recibieron un diagnóstico. Además, la atención está concentrada en grandes ciudades y departamentos como Bogotá, Antioquia, Valle y Atlántico, dejando a muchas regiones con cobertura insuficiente.

El reconocido psicólogo Martin Seligman, en su teoría sobre la indefensión aprendida, señala que “la depresión resulta, en gran parte, de la creencia de que no podemos controlar los eventos importantes en nuestras vidas”. Esto resalta la importancia de un enfoque integral para tratar la depresión, abordando tanto los factores biológicos como los psicológicos y sociales que la desencadenan.

La depresión es una tormenta silenciosa que afecta a millones de colombianos, con consecuencias devastadoras si no se atiende a tiempo. Es fundamental que el país refuerce sus políticas públicas en salud mental, garantizando acceso a diagnósticos oportunos y tratamientos efectivos para reducir el impacto de esta enfermedad.

Este artículo no pretende invadir el campo de los especialistas en salud mental, sino visibilizar la problemática que enfrenta Colombia y la urgencia de una respuesta más efectiva ante esta crisis. Porque la depresión no es sinónimo de debilidad, sino una lucha que debemos enfrentar con conciencia y apoyo.

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