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Miguel Ángel Tovar Dussan, Doce años de siembra viva en la conciencia política del Huila

Por: Fredy Ernesto Tovar Montenegro

Opinión

Ayer sábado 28 de junio se cumplieron 12 años de la partida de este plano terrenal del profesor, pedagogo, sindicalista, líder político, demócrata y progresista Miguel Ángel Tovar Dussan, pero sus aportes, su voz y su pensamiento crítico como su compromiso con la transformación social siguen vigentes en cada rincón del Huila. Muchos son los calificativos que pueden definirlo, Maestro de maestros, sindicalista combativo, educador popular, pero especialmente “referente moral” de una generación que creyó y aún cree en la dignidad y en la ética como principios pedagógicos y políticos.

Miguel Ángel no fue un docente común, su aula era la calle, la vereda, el barrio, el sindicato, la asamblea, el encuentro con los campesinos, con los obreros, con los estudiantes. Nunca fue un “dictador” de clases, no enseñó desde el pulpito del saber, utilizó el consenso como su pedagogía para construir criterio y conocimiento. Lector incansable, sabedor de las escuelas del pensamiento filosófico y político latinoamericano y universal . Su pedagogía más que la respuesta, se centraba en la pregunta. Entendió la fenomenología de la educación como una herramienta de liberación y de transformación, y no como un instrumento de homogenización, dominación y replicación del Statu Quo, quizás por ello sus clases fueron actos de insurrección contra la indiferencia, la infamia, el conformismo y la injusticia social.

En su trasegar por las luchas sindicales, fue una de las voces más coherentes de la ADIH (Asociación de Institutores Huilenses) y de ASPU (Asociación de profesores Universitarios) en la Universidad Surcolombiana; desde allí no solo alzó las banderas en defensa de los derechos del gremio docente, sino que sembró conciencia crítica en cientos de maestros y maestras que aún lo recordamos como un formador incansable, como un faro ético en estos tiempos de desesperanza, polarización y oscuridad política.

La educación política del Huila reconoce en Miguel Ángel un legado profundo. Sin duda fue un constructor de pensamiento, un tejedor de redes de poder popular, un soñador de mundos mas incluyentes y posibles, un revolucionario de la pedagogía. Impulsó movimientos que entendían que la transformación comienza por la comprensión de la realidad. Sus análisis eran pedagógicos y sus pedagogías eran profundamente políticas, siempre al servicio de las causas populares.

Hoy, cuando el país y el departamento siguen debatiéndose entre promesas de cambio y amenazas de regresión, su ausencia se siente más que nunca y su legado cobra vigencia. Pero también su presencia se hace evidente en cada movilización social, en cada docente que se atreve a cuestionar, en cada joven que descubre en la educación una forma de resistencia y emancipación.

Doce años después, Miguel Ángel Tovar Dussan no es solo memoria, también es método, es ejemplo, es horizonte. Su vida fue una lección abierta, y su muerte no ha hecho más que multiplicar sus palabras en nuevas generaciones.

Quienes tuvimos el privilegio de conocerlo sabemos que no se ha ido. Vive en cada acto de dignidad, en cada aula crítica, en cada sindicato que lucha, en cada sueño que se niega a morir.

Me queda decir en mi condición de hijo, que su ausencia se solventa afirmando que el día de sus actos fúnebres no lo enterramos, lo sembramos y su semilla continúa germinando todas las veces que una voz y un acto se alce en defensa de los desprotegidos.

Gracias padre por la herencia ética y política que nos regalaste.

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