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Tras la absolución del expresidente Álvaro Uribe Vélez por parte del Tribunal Superior de Bogotá, el proceso judicial podría tener un nuevo capítulo si se presenta un recurso de casación ante la Corte Suprema de Justicia. LaÚltima.com.co consultó al abogado penalista Francisco Bernate, quien analizó los escenarios que se abren tras la decisión que revocó la condena de primera instancia por los delitos de soborno en actuación penal y fraude procesal.
El tribunal, que resolvió el caso en menos de tres meses, desmontó uno a uno los argumentos de la jueza Sandra Heredia, quien en julio había emitido la histórica condena contra el exmandatario. En la nueva sentencia, los magistrados absolvieron a Uribe al considerar que la valoración probatoria de la primera instancia fue insuficiente y carente de rigor técnico.
Con la absolución, el expediente queda ahora a la espera de un posible recurso de casación, anunciado por el abogado Miguel Ángel del Río, representante de las víctimas. Este mecanismo no reabre el debate probatorio, sino que busca revisar si la decisión del tribunal incurrió en errores de interpretación o aplicación de la ley. “Dentro de los próximos treinta días deberá presentarse y sustentarse la demanda, y luego la Corte decidirá si admite o no su estudio”, señaló Bernate durante la conversación con este medio.
El primer filtro será decisivo. Antes de admitir la casación, la Corte Suprema evalúa si el escrito cumple con exigentes requisitos técnicos y si plantea un problema jurídico de relevancia. “Superar esa etapa es excepcional; menos del 1 % de los recursos prospera en Colombia”, indicó el penalista, subrayando que la mayoría de las solicitudes se archivan sin llegar a revisión de fondo.
En caso de que el alto tribunal admita el recurso, el proceso podría extenderse varios años. La Corte no volverá a analizar pruebas ni testimonios, sino que realizará un control de legalidad sobre la sentencia del Tribunal Superior. “No es un nuevo juicio, sino una verificación de si el fallo se ajustó a los principios del debido proceso y a la correcta aplicación del derecho”.
Bernate considera que la absolución del tribunal tiene una estructura jurídica sólida que reduce significativamente las posibilidades de reversar la decisión. “La sentencia de segunda instancia corrigió los errores del fallo anterior y se basó en un análisis técnico riguroso”. Por esa razón, estima que la Corte difícilmente modificará el sentido del fallo, aunque la interposición del recurso es una herramienta legítima dentro del proceso.
Desde su perspectiva, la parte civil busca agotar todas las instancias jurídicas disponibles. “No necesariamente porque esperen un cambio de resultado, sino porque la ley les otorga ese derecho”, señaló. En esta etapa, agrega, prevalece la técnica jurídica sobre la discusión política, y lo que sigue es un trámite de revisión formal que no altera la situación jurídica actual del expresidente.
Aunque la casación representa la última oportunidad de revisión, todo apunta a que el fallo absolutorio del Tribunal Superior de Bogotá permanecerá en firme. Si la Corte Suprema no admite el recurso, el caso quedará cerrado y Álvaro Uribe Vélez pondrá fin a uno de los procesos judiciales más largos, complejos y simbólicos de la historia reciente del país.
