SOY EMPRENDEDOR
Mientras cursa tercer semestre de Comunicación Social y Periodismo en la Universidad Surcolombiana, María Alejandra Solórzano Herez sostiene sus estudios trabajando en un puesto de achiras en la Plaza Cívica de Neiva. Desde finales de 2021, este ha sido su principal ingreso económico, especialmente en temporadas como diciembre, cuando el comercio aumenta por las festividades de fin de año.
Su trabajo está ligado al movimiento que genera la temporada decembrina en el centro de la ciudad. Durante estas semanas, explica, las jornadas se extienden y la afluencia de clientes es mayor, aunque advierte que las ventas no han tenido el comportamiento de años anteriores. “Se sigue vendiendo, pero no igual”, señala al referirse a una temporada que, aunque sigue siendo clave, ha estado marcada por una menor capacidad de compra.

En diciembre, los productos con mayor salida son las almojábanas y los bizcochos, que muchas personas compran para la Nochebuena o para llevar como encargo a otras ciudades. Sin embargo, una vez pasan las fiestas, el panorama cambia. A comienzos de enero, indica, la venta baja de forma notable y se concentra casi exclusivamente en las achiras, asociadas principalmente a los viajes.
El puesto ofrece una variedad de productos tradicionales. Además de achiras, se venden bizcochuelos, cucas, quesillos y arequipes. Las achiras se comercializan en diferentes presentaciones, desde bolsas pequeñas de dos mil pesos hasta empaques más grandes, cajas y tarros, que en esta época suelen utilizarse como detalles. También hay dulcería como bocadillos, cocadas y banderillas, algunos acompañados de recordatorios y llaveros.

María Alejandra afirma que este trabajo ha sido fundamental para su proceso académico. Desde los 16 años, dice, ha asumido sus gastos personales y ha logrado pagar cada semestre universitario con los ingresos obtenidos. La combinación entre estudio y trabajo ha definido su rutina, por lo que su presencia en la Plaza Cívica se da principalmente los fines de semana y en temporadas altas.
Su jefa también tiene una cafetería ubicada en la carrera Segunda, donde trabajó durante un tiempo como mesera. No obstante, allí el personal es fijo y, debido a sus horarios académicos, su labor se concentra en el puesto de la Plaza Cívica. Con el paso de los años, su presencia se ha vuelto habitual y algunos clientes la identifican y la buscan directamente en ese punto.
Aunque reconoce que la temporada ha sido dura, María Alejandra continúa trabajando en este espacio, consciente de que es el sustento que le permite avanzar en su formación profesional.