Por: Edwin Renier Valencia Rodríguez
Opinión
La reciente puesta en operación de la pista modernizada del Aeropuerto Santiago Vila, anunciada por el Ministerio de Transporte, es una noticia positiva para la región centro del país. Refleja un compromiso del Gobierno Nacional con la infraestructura aeroportuaria y con el fortalecimiento de la conectividad aérea regional, un factor clave para el desarrollo económico, el turismo y la competitividad territorial.
Sin embargo, esta buena noticia abre inevitablemente una pregunta incómoda: ¿por qué aeropuertos con mayor demanda y mayor impacto regional, como el Benito Salas de Neiva, no figuran como prioridad nacional?
Flandes vs. Neiva: una comparación necesaria
Flandes cumple un rol estratégico como aeropuerto alterno y de apoyo al centro del país, pero su tráfico de pasajeros es significativamente menor al que mueve Neiva. El Aeropuerto Benito Salas atiende una demanda aérea superior, conecta al sur del país con Bogotá y otras ciudades, y es la principal puerta de entrada aérea al Huila y sur del país, un departamento con vocación agroindustrial, turística y de servicios.
Pese a ello, mientras Flandes recibe inversiones para modernizar su pista y mejorar su operación, entre 2023 y 2026, el Gobierno Nacional destinó una inversión total de $71.914 millones para la modernización de este aeropuerto. Neiva continúa enfrentando limitaciones históricas: infraestructura insuficiente, restricciones operacionales y una ausencia preocupante de inversiones estructurales de largo plazo.
El Gobierno sí está invirtiendo… pero de forma desigual.
Es justo reconocer que el Gobierno Nacional ha venido avanzando en conectividad aérea regional: modernización de pistas, mejoras en terminales, fortalecimiento de aeropuertos estratégicos y mayor presencia del Estado en territorios históricamente relegados. Estas acciones son coherentes con una política de integración territorial.
No obstante, la priorización parece no responder siempre a criterios de demanda real, impacto económico o potencial regional, sino a decisiones fragmentadas que dejan por fuera a ciudades intermedias con alto flujo de pasajeros y rol estratégico, como Neiva.
Neiva ya hizo la tarea
En Neiva no se parte de cero. La ciudad ya avanzó institucionalmente con la creación de la Mesa de Asuntos Aeronáuticos del Aeropuerto Benito Salas, un espacio técnico y de articulación donde confluyeron autoridades locales, sector privado y entidades del orden nacional. Allí se diagnosticaron problemas, se analizaron cifras de demanda aérea, respaldadas por datos de la Aerocivil y se plantearon rutas de solución. Ese esfuerzo no puede quedar archivado.
Un llamado claro a la acción
Si el Estado invierte en aeropuertos para impulsar competitividad, empleo y desarrollo regional, Neiva debe estar en la agenda prioritaria. No es un capricho localista: es una decisión estratégica para el sur colombiano.
Es momento de que el Gobierno Nacional, el Ministerio de Transporte, la Aerocivil y los decisores presupuestales retomen la Mesa de Asuntos Aeronáuticos, revisen la evidencia y actúen en consecuencia. Invertir en el Benito Salas no es un gasto: es una apuesta por el desarrollo, la integración regional y la equidad territorial.
Flandes ya despegó. Neiva está lista en la pista. Solo falta la autorización para invertir y despegar. ¿Qué opinas? #uncaféconvalencia
