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Cambio en Reversa

Por: Pedro Javier Jiménez

En este puente festivo toca hablar de varios temas, porque la agenda regional y nacional van a un ritmo frenético y no precisamente para producir noticias positivas, sino para seguir llevando a nuestro país y sus territorios a vivir el “Cambio en Reversa”.

En cada panel, debate, y programa de opinión, los altos ejecutivos del gobierno, a nivel nacional y territorial, de este y de todos los que lo han antecedido, dicen que “articular” el trabajo de las diferentes organizaciones y capacidades es una tarea titánica en pro de lograr los resultados que las comunidades requieren. Pues bien, al Gobierno “Potencia de la Vida” —sí, el de Gustavo Petro—, le dio por acabar con la sincronía y la “articulación” de las Fuerzas Armadas del país.

En un solo decreto, y como de pasada, mientras estaban de fiesta en la COP16, decidió eliminar las Fuerzas de Tarea Conjunta, que permitían defender la soberanía de los territorios amenazados históricamente por las guerrillas de izquierda desde hace más de 50 años, y hoy por guerrillas, clanes y disidencias, ya no con fundamento ideológico, sino como industrias de economías al margen de la ley. Una “maravilla” de decisión en medio del peor gobierno de la historia moderna del país.

Una vez más, Gustavo Petro deja claro que desarmar nuestras Fuerzas Armadas es parte fundamental de su objetivo estratégico para desbaratar la democracia de un país que lo ha soportado todo. Las consecuencias de esta decisión serán que sigamos perdiendo autoridad en los territorios, y dentro de poco veremos a los “compas” del ELN y otros bloques como los orgullosos dueños de las guarniciones militares de nuestra patria.

La reconstrucción de nuestras Fuerzas Armadas tiene fecha: faltan 1 año, 8 meses y 28 días desde hoy, 10 de noviembre. Ese es el tiempo que resta para la posesión del nuevo Presidente de Colombia, el 7 de agosto de 2026. Y ojo, si no hay organización, conversación multipartidista y acuerdo sobre cómo sacar al país adelante, podríamos estar los próximos cuatro años en manos de “intelectuales” como Gustavo Bolívar, María José Pizarro, el canciller Murillo, Holman Morris, o alguno de los influencers de este gobierno, porque hoy en día cualquiera con un celular trinando en X puede ser presidente; saben de todo, menos de traer unión, comunión y desarrollo entre los colombianos.

Termino esta columna multipropósito recordándole a usted, señor lector de la ciudad de Neiva, que en este cuatrienio no tendrá PTAR, ni estadio, ni POT. Las proyecciones y decisiones del señor alcalde de la ciudad están destinadas a medio entregar nuevas conclusiones de más consultorías contratadas y más dinero en estudios; todos los recursos invertidos en el pasado no sirven para nada. En temas de desarrollo urbano y estructural, los resultados llegarán, con suerte, por allá a finales de 2025 o mediados de 2026. Así que seguramente, en la campaña de 2027, tendremos las mismas ilusiones de POT, PTAR y estadio.

El gran legado de este alcalde será un puente, que como buen ingeniero podría estar torcido. Ya nos pasó una vez, recuerden el puente de la Cra. 7 con Av. Circunvalar, jocosamente llamado “puente torcido”. Por ahora, veremos al señor alcalde liderar operativos los fines de semana en establecimientos de venta y consumo de licor, previniendo desde esa acción las muertes por accidentalidad, la contaminación auditiva y el mal comportamiento de los ciudadanos.

También debería decirle a la ciudad cuál es su plan de desarrollo económico, cuáles son las acciones para Neiva a nivel de productividad. ¿Qué inversión va a traer? ¿Cuál es la industria que va a impulsar? ¿Cómo va a combatir el desempleo así como combate a los borrachos? Porque, señor alcalde, aquí lo que abundan son bares y restaurantes en una ciudad sin norte económico y sin un POT que permita ordenar productivamente

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