Por: Fredy Tovar Montenegro
En pleno paro camionero en el mes de septiembre el Presidente Petro, en su alocución presidencial denunció la compra del arma de guerra para el espionaje conocida como software espía Pegasus por parte del gobierno Duque. Ante la magnitud de la noticia, los periodistas oficiales que más parecen políticos con micrófono haciendo uso de las mieles del cuarto poder defendiendo al gobierno anterior, salieron a “desmentir” por todos los medios dicha compra.
Incluso la misma procuradora Margarita Cabello en la semana pasada reconfirmó en varios medios radiales y televisivos que efectivamente y después de una “investigación exhaustiva” no existen “pruebas oficiales” que demuestren la compra de dicha arma de guerra.
Después de la confirmación por parte del Estado Israelí (quien exige la certificación del destinatario final, o sea el gobierno Duque) y específicamente de la empresa NSO Group quien fabrica y vende el software, hoy no cabe la menor duda de la compra por parte del Estado Colombiano, específicamente del gobierno anterior, del Software Pegasus.
Todos recordaremos a la periodista Vicky Dávila, a Néstor Morales de la W y a Darcy Quinn, entro otros tantos periodistas de la prensa oficial, asegurando con muchísima vehemencia que el presidente Petro estaba creando una cortina de humo para desviar la mirada a los problemas que realmente debería atender. Posteriormente los tres en los medios de comunicación para los que cada uno trabaja, tuvieron que auto desmentirse y reconocer la existencia del virus espía.
La polémica ya no es por una supuesta adquisición de dicha arma, sino por los movimientos financieros que se registraron para la compra. Vale aclarar que el registro del movimiento financiero solo quedó en Israel y en el banco suizo donde se consignó el dinero.
En un comunicado el expresidente Duque, afirmó categóricamente que “no existen registros en el SECOP, en el Ministerio de Defensa y menos en la dirección de inteligencia de la PoNal de ninguna transacción o aprobación de recursos para la compra del arma de guerra, y mucho menos hay registro de la compra”.
Hoy está confirmado que uno de los pagos fue de 5 millones de dólares, realizado presuntamente por la DIPOL, adicionalmente, no se hizo en tierras israelíes como se supondría, sino en Bogotá. Este dinero fue luego depositado en un banco Suizo y de la misma forma se realizó un segundo pago, directamente en Bogotá, con dinero en efectivo, transportado hacia tierras israelíes por funcionarios de NSO, y consignados posteriormente en el banco Suizo, todo en dos aviones de placas israelíes, que aterrizaron en dos ocasiones seguidas, en los hangares de antinarcóticos en el aeropuerto El Dorado.
El pasado viernes, el Canciller Luis Gilberto Murillo, confirmó la noticia emitida por el periódico El Tiempo que sostiene que el gobierno de los Estados Unidos fue el financiador de la compra del software. Como lo afirma este alto funcionario, la transacción no se manejó de manera transparente, lo que hace urgente aclarar las dudas que surgen sobre la operación. Esta diligencia deberá desarrollarse a través de medios diplomáticos entre EEUU y Colombia.
Esta noticia, lo que hizo fue alborotar mucho mas el avispero, pues surgen incógnitas tan complejas como, por ejemplo, bajo que autorización o que esquema oficial, se permitió que el gobierno estadounidense viniera a Colombia, con dinero en efectivo (no cualquier suma, 11 millones de dólares) y efectuara una transacción que, aunque deja trazabilidad en Israel y en suiza, se hace supuestamente a espaldas del gobierno de Duque? ¿No es esto una violación flagrante a la soberanía nacional? ¿Es real que el gobierno no sabía de la transacción y de la puesta en funcionamiento de Pegasus? Quien uso el software? ¿Fue financiado por EEUU para combatir el narcotráfico y Colombia lo uso para chuzar campañas políticas? Que mandos de la policía recibieron los aviones israelíes en los hangares de antinarcóticos en El Dorado? Quien coordinó la entrega en efectivo de los 11 millones de dólares? Estados Unidos, bajo el esquema de cooperación para combatir el Narcotráfico, violó la autonomía y la soberanía de Colombia, usando a Pegasus desde sus propios intereses? En fin, más que certezas, surgen dudas que oscurecen el panorama.
El gobierno de Duque adiciona un hecho más a la lista de ollas podridas que diariamente se destapan y que se dieron en su mandato.
Adenda: será que la periodista Maria Andrea Nieto ya tiene preparado el capítulo de “El Control” a los hechos de la “asqueante corrupción” de su señor padre en el escándalo del robo de 48 mil millones de pesos en contratos en Bogotá?