inicioOpiniónUn paro justo

Un paro justo

Por: Carlos Ernesto Álvarez Ospina Abogado universidad El Rosario, con especialización en Derecho Público

Opinión

Recorrer la distancia entre Bogotá y Neiva en 18 horas, atrapado en un bloqueo del paro arrocero, puede parecer una razón suficiente para condenar estas protestas. Sin embargo, la realidad del campo colombiano es tan dura que, incluso después de esa experiencia, no puedo sino respaldar la lucha de los arroceros. Lo que hoy vivimos es el resultado de un gobierno que no entiende al pueblo, que ignora el contexto histórico del arroz y que, lejos de garantizar la sostenibilidad de este sector, lo está llevando al borde del colapso.

Los campesinos que cultivan arroz en Colombia no están pidiendo favores ni subsidios desproporcionados; solo exigen condiciones justas para su trabajo. Pero hoy, vender arroz ni siquiera les alcanza para cubrir los costos de producción. ¿Cómo se supone que sigan cultivando? ¿Cómo se espera que mantengan a sus familias? La falta de políticas claras y de apoyo al sector primario ha dejado a nuestros agricultores en la ruina, mientras el gobierno parece más preocupado por discursos ideológicos y sacar adelante reformas que atentan contra la misma sociedad colombiana que por garantizar la seguridad alimentaria del país.

Es cierto que los bloqueos afectan la movilidad y generan molestias, y lo viví en carne propia. Pero más grave aún es la indiferencia del gobierno ante el clamor del sector agrícola. El arroz no es solo un producto; es parte de nuestra historia, nuestra cultura y nuestra identidad. Que hoy los arroceros tengan que recurrir a estas medidas desesperadas solo demuestra lo desconectado que está el poder central de la realidad del país.

Si el gobierno no reacciona pronto con soluciones concretas, no solo los arroceros perderán; perderemos todos. Porque cuando el campo muere, la ciudad también sufre. Y si seguimos por este camino, pronto no solo habrá bloqueos en las vías, sino un colapso en nuestra producción de alimentos.

Es hora de que el gobierno escuche al pueblo. Es hora de que entienda que sin campo no hay país. Es hora de que empiece de verdad a gobernar para todos.

Lo más leido