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María Alejandra Vieda Almairo, de 22 años y oriunda del municipio de La Plata, Huila, apenas iba a cumplir cuatro meses el próximo 20 de junio de pertenecer a la Policía Nacional. Fue asesinada en medio de un ataque armado en el norte antioqueño.
En la madrugada de este miércoles 11 de junio, la patrullera María Alejandra Vieda Almairo fue asesinada durante un ataque armado contra la estación de Policía de Valdivia, en el norte del departamento de Antioquia. El hecho, que es materia de investigación, dejó como saldo la muerte de la joven huilense, quien recientemente se había incorporado a la institución.

De acuerdo con el reporte preliminar entregado por las autoridades, la uniformada recibió varios impactos de proyectil de fusil en el abdomen y las extremidades inferiores. Pese a la activación de los protocolos de atención y su traslado urgente al hospital del municipio de Yarumal, los médicos confirmaron que “llegó sin signos vitales”.
La patrullera, de 22 años, era oriunda del municipio de La Plata, en el departamento del Huila. Había culminado su formación como policía hace apenas unos meses. “Ella se graduó el 20 de febrero y de inmediato la trasladaron para Antioquia”, contó su padre, Fausto Vieda.
María Alejandra realizó su curso policial en El Espinal, Tolima, tras haber cursado sus estudios de secundaria en el colegio San Sebastián de La Plata. Era la hija mayor de su familia y, según su padre, siempre soñó con pertenecer a la Policía Nacional. “Ese era el anhelo de ella, desde niña”, relató.
El padre de la patrullera también recordó los últimos momentos que compartió con su hija, a través de una llamada telefónica. “Anoche hablamos como a las 9. Me dijo que se despertaba para el turno, que entraba a las 10. Que estaba cansadita, que tenía sueño”, relató. “Pensaba venir a visitarnos cuando saliera de vacaciones”.
El ataque armado a la estación de Policía de Valdivia aún no ha sido atribuido oficialmente a ningún grupo ilegal. Sin embargo, la zona ha sido escenario en los últimos años de acciones violentas atribuidas a estructuras armadas ilegales que operan en el norte de Antioquia.
Fausto Vieda resumió el dolor de una familia que perdió a su hija en cumplimiento del deber: “Muy duro. Uno como papá nunca pensó que esto nos fuera a tocar. No tengo palabras”.