inicioOpiniónTurismo rural, un esfuerzo solitario de las comunidades

Turismo rural, un esfuerzo solitario de las comunidades

Por: Andrés Calderón

Esta semana que pasó se llevó a cabo el lX Encuentro Iberoamericano de Turismo Rural, un evento de gran magnitud que realiza el Instituto Iberoamericano de Turismo Rural y promueve la integración y el desarrollo de la actividad turística rural entre sus integrantes. Al evento asistieron 22 delegaciones, cuyo propósito fue aprender y compartir sus experiencias como desarrolladores de esta actividad que cada vez toma más fuerza en el mundo. Un paso importante de la gobernación del Huila haberle apostado a traer este evento como propósito para el desarrollo de una de sus grandes apuestas en materia económica.

La agenda se adelantó en distintos escenarios, un ejercicio de descentralización al que poco se acostumbra, pero que se hizo necesario en aras de mostrar la inmensa diversidad de nuestra ruralidad, una característica propia de esta actividad que se percibe únicamente a través de la experiencia. Los municipios visitados fueron Rivera, por supuesto que la capital Neiva, donde se inauguró, Paicol, Gigante, Pitalito y San Agustín, las joyas de la corona en esta actividad, aunque sin desconocer que todo el Huila cumple con esta condición.

El turismo rural es una actividad rica en experiencias diversas, muy distintas al turismo tradicional en las ciudades y la playa, que tiene la ventaja de poder integrar actividades económicas para volverlas objeto de consumo, que son de aprendizaje y relajación, especialmente la agricultura, actividad económica en la que nuestro departamento sobresale con cultivos como el Café y el Cacao que brindan experiencias desde su siembra hasta la cosecha y procesamiento, para complementarse con la vida cotidiana de los agricultores y sus familias, la cultura que alrededor se teje. En esta espectacular actividad, los turistas se encuentran también con procesos sociales y comunitarios, con la historia y los saberes de generaciones anteriores al progreso de las grandes urbes. Otros dos grandes baluartes de las experiencias en la ruralidad, y muy especialmente en el Huila, son la gastronomía y la naturaleza. Aunque como lo ha mencionado la misma IBEROATUR, esta nueva forma del turismo nace a partir precisamente del agroturismo, que después incorpora los demás elementos en mención.

No obstante, el gran potencial que tiene esta maravillosa forma del turismo evidencia varias dificultades en su desarrollo, grandes retos, tal y como lo menciona el experto en turismo Arturo Crosby, quien en resumidas cuentas dice que, en general las zonas rurales con oferta turística no son destinos turísticos como tales, son territorios con vocación, pero no destinos turísticos per se, pues no se actúa bajo una estructura organizacional que establezcas fines precisos. EL turismo rural tiene el reto de conectar el territorio con el mundo urbano, pero, sin en el proceso perder su identidad, para lo que es necesario que sean los mismos habitantes rurales quienes apropien la actividad (se necesita del fortalecimiento del capital humano con elementos claves como el idioma y la atención). También es clave la sustentabilidad, no olvidemos que la ruralidad abarca los espacios naturales, que ya han logrado en algunas comunidades conjugarse con la agricultura de forma amable, aunque hay mucho por avanzar, a lo que ahora se suma una nueva actividad que genera cargas a los ecosistemas, que pueden ser o no amigables, he ahí otro gran reto de las comunidades rurales.

El turismo en las zonas rurales, o por lo menos nuestras, se ha dado de forma autónoma, por iniciativas privadas individuales principalmente o muy pocas iniciativas de asociación, no existen grandes capitales ni cadenas que estén apropiando este desarrollo, por lo que la hace una actividad única con potencial de inclusión de las comunidades allí acentuadas que pueden encontrar en esta actividad la posibilidad de mejorar su calidad de vida. Pero se necesita de la ayuda estatal para su desarrollo y como un gran acierto, esa fue la discusión del segundo día de agenda académica que se llevó a cabo en Rivera, del cual participé y con el cual quiero cerrar esta columna.

Curiosamente vi poca participación de delegaciones públicas municipales, secretarios de turismo o desarrollo económico, lo que expone las realidades de una actividad que en el departamento se viene trillando como el gran potencial que puede acompañar la agricultura para el desarrollo económico y social de nuestra región, pero que como lo mencioné anteriormente, se da de forma autónoma, sin un sector público que le apalanque de forma verdadera, no solo en logos, marcas y ferias, que no hacen más que evidenciar la flaqueza de nuestras acciones en esta materia. Me pregunto, cuantas políticas públicas de turismo hay desarrolladas en el departamento y cuantos de los planes de desarrollo y presupuestos se ajustan a esta necesidad. La planeación de la actividad turística en el Huila, que es principalmente rural y a lo que ha apostado la actual gobernación, claramente necesita de las sinergias locales, no solo privadas, sino también las alcaldías, estos actores deben esforzarse por generar políticas públicas que faciliten la inversión en infraestructura, principalmente placa huellas y acueductos, promover el acceso a crédito, a capacitación, y porque no, brindar incentivos fiscales.

Lo más leido

spot_img