Por: Carlos Ernesto Álvarez Ospina
El sombrero de Suaza, una obra maestra artesanal que ha sido símbolo de tradición y orgullo para el Huila, está a punto de alcanzar un reconocimiento histórico: ser declarado patrimonio cultural inmaterial de la nación. Este logro no solo pone en alto el nombre de nuestro departamento, sino que también resalta el arduo trabajo de las manos mágicas que lo tejen.
Cada sombrero de Suaza es mucho más que un accesorio. Es el resultado de horas, días e incluso semanas de dedicación por parte de las artesanas, quienes, con paciencia, talento y amor, crean estas piezas únicas utilizando la técnica del entrelazado de crin de caballo. Cada hilo tejido cuenta una historia de herencia, cultura y tradición que debemos proteger y promover.
Desde el jueves 28 de noviembre, el sombrero de Suaza tiene un lugar especial en el Museo de la Independencia – Casa del Florero, en la ciudad de Bogotá. Por primera vez, la historia y el arte detrás de esta joya huilense están siendo exhibidos en un espacio que invita a todos los colombianos a conocer y valorar este legado. Cabe resaltar que el nombre correcto es “sombrero de Suaza” y no “sombrero suaceño”, una precisión que enriquece su identidad y fortalece su relación con el río que le da origen y que recorre los municipios de Acevedo, Guadalupe y Suaza.
Esta exhibición no es solo una vitrina para el sombrero, sino una oportunidad invaluable para promocionar nuestro departamento, nuestra cultura y el talento de nuestras artesanas. Por ello, invito a todos los opitas y colombianos en general a visitar esta muestra, a compartir su experiencia y a apoyar a las comunidades que hacen posible este arte. Cada visitante, cada fotografía compartida, cada palabra de reconocimiento es una forma de dar visibilidad al sombrero de Suaza y, con ello, a nuestra riqueza cultural.
Además de visitar la exhibición, como huilenses tenemos la responsabilidad de convertirnos en embajadores de nuestro patrimonio. Promovamos el uso del sombrero de Suaza, hablemos de su importancia en nuestros círculos sociales, propongamos iniciativas para apoyar a las artesanas y trabajemos juntos para que este símbolo de identidad no solo sea reconocido como patrimonio nacional, sino también como un emblema de la creatividad y la resiliencia de nuestro pueblo.
El sombrero de Suaza no es solo un accesorio; es un pedazo de Huila tejido con esfuerzo y pasión. Es momento de sentirnos orgullosos, de apoyar a quienes lo hacen posible y de mostrar al mundo que nuestra cultura es un tesoro digno de admiración.