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No más retrasos, el maltrato también es institucional

Por: Carlos Ernesto Álvarez Ospina

Opinión

Ser caballista en Colombia es más que una afición, es una tradición viva que genera empleo, cultura y economía. La industria equina colombiana mueve aproximadamente $6 billones al año, lo que representa cerca del 1,7% del PIB agropecuario del país. No es poca cosa, además este sector genera más de 480.000 empleos directos e indirectos, abarcando actividades tan diversas como la crianza, adiestramiento, entrenamiento, transporte, veterinaria, herrería y comercialización de productos especializados entre todas las modalidades equinas en Colombia.

Además, entre 150 y 160 eventos equinos se realizan anualmente en todo el país, y solo Colombia exporta cerca de 1.000 caballos cada año, principalmente de paso fino, a destinos como Estados Unidos, México, Brasil, República Dominicana, Puerto Rico, Ecuador y Canadá. Todo esto demuestra que el sector caballista no solo mantiene una tradición, sino que impulsa desarrollo y lleva el nombre del país al exterior con orgullo.

Las cabalgatas, especialmente en regiones como el Huila, son una expresión cultural viva. Son un espacio de encuentro, tradición y orgullo, pero también deben ser una oportunidad para enseñar responsabilidad. Como caballistas, debemos salir con respeto por el animal, por la ciudadanía, y por nosotros mismos. No hay lugar para el maltrato, el desorden ni la improvisación. Y es justamente aquí donde quiero levantar una voz de llamado directo a la Alcaldía de Neiva y a los operadores de cabalgatas. Es inaceptable que se siga convocando a los caballistas a una hora específica y que el inicio real de la cabalgata se retrase de 2 a 4 horas. Este desorden no solo refleja una falta de planeación, sino que también constituye, en mi opinión, una forma de maltrato animal institucional. Porque tener a los caballos parados bajo el sol, en el asfalto, sin desplazamiento, esperando horas innecesarias por una falta de gestión, es simplemente incoherente de parte de una organización. Exigimos que se respete la hora pactada. Si se dice que la cabalgata comienza a las 2:00 p. m., debe comenzar a las 2:00 p. m. Puntualidad es respeto.

Si queremos que nuestras cabalgatas sean valoradas y respetadas, debemos empezar por organizar bien, y cumplir los horarios pactados. No es una utopía, basta con que lo hagan bien una sola vez para que la gente aprenda que llegar puntual es la norma. Así evitaremos el desgaste innecesario de nuestros animales, mejoraremos la percepción pública y contribuiremos al orden y disfrute de todos los asistentes.

Invito a los caballistas a seguir participando con orgullo, pero también con conciencia. Y le exigimos, con respeto, pero con firmeza, a la Alcaldía de Neiva, que asuma su responsabilidad y actúe en coherencia con el bienestar animal y la seriedad que este sector merece. Organizar bien una cabalgata no es solo cuestión de logística, es también una cuestión de ética y respeto por una tradición que nos pertenece a todos.

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